lunes, 20 de octubre de 2014

ENFRENTADOS. (Octubre 2014)



ENFRENTADOS.

Teatro Amaya.

Director: Arturo Fernández.
Intérpretes: Arturo Fernández y David Boceta.
Autor: Bill C. Davis.

DOS PUNTOS DE PARTIDA Y UNA MISMA COMUNIÓN.

Dos hombres de la Iglesia.
Un joven a punto de hacer sus votos y cantar misa. Un joven lleno de ideas y ganas de cambiar el mundo y su mundo. Un joven que pretende llevar a cabo su ministerio hacia fuera, hacia el exterior, mirando la realidad desde ella misma… Y un párroco, quizá cansado, quizá acomodado, quizá adormecido como lo están su espíritu, como lo está aquello en lo que creyó, abrazado a unos fieles, creyentes por costumbre, piadosos en la apariencia, cristianos sin conciencia…
Sí, este planteamiento resulta atrayente y, tal vez, alejado del costumbrismo al que nos tiene acostumbrados la Marca ARTURO FERNÁNDEZ.
He de decir que en un principio y antes de fijarme, me dejé de llevar por el prejuicio y pensé “ENFRENTADOS… por una mujer, sin duda”… Y tengo que confesar que me ha alegrado equivocarme.
ENFRENTADOS es una obra interesante, su contenido es interesante y los personajes son ricos, complejos y llenos de matices.
En esta ocasión Arturo Fernández no está mal como actor. Es cierto que una vez más se ha esmerado en la escenografía, si bien y como corresponde, adopta un tono más sobrio. Su “pareja de baile” es, al igual que el personaje a interpretar, un joven, tal vez debutante… En todo caso primerizo en estas lides… Y se nota un poquito… Con lo que, en este aspecto le vamos a poner “falta” “al maestro” que, como casi todos, demanda “Todos los focos hacia mi persona”.
De cualquier forma, como he dicho antes, no está mal el veterano hombre de teatro. Hay escenas en las que, incluso diría, deja entrever al ACTOR que, según los entendidos, fue una vez; eso sí, no estaría de más que prescindiese de algunas notas de humor fácil, algunas “morcillas” para hacer “risa”… Quizá conoce a su público y sabe que no le permitirían ciertas cosas, ciertas profundidades de conciencia… Quizá lo sabe y lo hace a propósito…
Y, en fin… Supongo que el asunto “pinganillo” es irremediable y eso no lo soluciona ni el bótox… (Vale, sí… Va con segundas… Lo siento… Una pequeña maldad, sin importancia)


Sofía Basalo.

domingo, 19 de octubre de 2014

EL HIJO DE LA NOVIA (Octubre 2014)



EL HIJO DE LA NOVIA.

Teatro Bellas Artes.
Autores: Fernando Castets y Juan J. Campanella.
Director: Garbi Losada.
Intérpretes: Tina Sáinz, Juanjo Artero y Álvaro de Luna, entre otros.


EMOCIÓN Y TERNURA MÁS ALLÁ DE LA CRISIS.


Quién no recuerda el entrañable film, interpretado por Héctor Alterio, Norma Aleandro y Roberto Darín. Quién no se ha emocionado con la eterna historia de amor de Nino Belbedere, con el amor teñido de culpabilidad y frustración de ese hijo, incapaz de mirar a su madre de frente porque cree que no cumplió sus expectativas.

Quién no sonrió ante los escasos episodios lúcidos de una enfermedad que borra lentamente la figura del ser humano al que osa abrazar.

Llevar esta  historia al escenario es, a un tiempo, jugar con ventaja y un reto enorme. La ventaja la porta la historia y los sentimientos que viajan con ella. El reto, el paso del cine al teatro, la gran labor de los actores cinematográficos, el buen hacer del oficio argentino…

Ambos aspectos han sido aprovechados desde el momento en que se ha dispuesto una banda sonora maravillosa y conmovedora, hasta la elección de un decorado vestido de nostalgia y presidido por una fotografía de una joven y sonriente Norma (Tina Sáinz).

Esta puesta en escena rebosa ternura, amor y buen hacer. Juanjo Artero es un intérprete muy veraz, con una enorme capacidad para comunicar con el espectador y transmitir la emociones; la pareja de veteranos novios, formada por Álvaro de Luna y Tina Sáinz, caminan por el restaurante de su hijo con una facilidad asombrosa. Todo funciona como un reloj en el que, y desde una perspectiva personal, me agradó Mikel Laskaurain, un papel secundario repleto de vitalidad, de ganas de vivir frente a la adversidad, de ganas de sentir la vida, el amor, la alegría… frente a la desolación.

Un papel secundario que pone un broche dorado a una función maravillosa, en la que una amalgama de sentimientos deambulan del escenario al patio de butacas y de un rendido patio de butacas al escenario donde cinco grandes reciben una prolongada y merecida ovación.

Sofía Basalo.

lunes, 30 de junio de 2014

EL BAILE. (Marzo 2014)



EL BAILE.

Centro Cultural Fernando Fernán-Gómez.
Autor: Edgar Neville.
Versión: Bernardo Sánchez.
Director: Luis Olmos.
Intérpretes: Pepe Viyuela, Susana Sánchez y Carles Moreu.

… UN SUCEDÁNEO…

Seguramente Edgar Neville escribió en los años 50 una comedia romántica deliciosa, con diálogos brillantes y personajes profundos.
Seguro, no lo niego, pero la actualización a la que se ha visto sometida, la han convertido en una comedia romántica, sin más. Bien interpretada, bien dirigida, pero nada más.
No he leído esta obra (la original), tampoco su secuela (Una segunda que el autor escribió a la vista del enorme éxito que “El Baile” obtuvo en aquel tiempo) pero sí la vi con alguien que leyó las dos y que, a la salida, me dijo que había estado bien, aunque los “corta-pega” se notaban demasiado. No tengo nada en contra de las versiones o actualizaciones, pero se han de hacer sin que la calidad quede menoscabada y aquí, creo, que se ha quedado lastimada.
No puedo decir que “El baile” sea una obra mal hecha, mal interpretada porque no es así. Incluso el personaje que interpreta Pepe Viyuela es más que entrañable por su rareza, su amor repleto de generosidad, porque no existe una persona así, en definitiva… Y sería maravilloso que existiera. Pero, a mis ojos, no tiene nada de especial, nada porqué ser recuperada. Es una comedia, en la que el amor se pasea imperturbable y eterno a lo largo de casi un siglo. Nada más.
Decir que este baile que nunca se llega a efectuar y que se divide en tres partes (tres pasos a tres) es la conjunción de las dos obras que escribió originariamente Neville. Los dos primeros se corresponden propiamente con El Baile, pero el tercero, el que se sitúa en esta época, pertenece a la secuela de la obra, donde el personaje femenino es la nieta de la protagonista que es como “una gota de agua” y que sigue siendo el eterno amor de los dos amigos.
“El baile” es una propuesta muy sencilla en la que los intérpretes se mueven de un modo muy ágil y muy cómplices. Todo parece muy fácil en ella, todo fluye con un ritmo muy suave y delicado.
Los tres actores están impecables. El único “pero” que puedo ponerle es, en este caso, una versión que ha simplificado en exceso una literatura dramática brillante e ingeniosa (según me han dicho y según he podido leer en diversos medios de comunicación)


Sofía Basalo.

miércoles, 11 de junio de 2014

LAS CHICAS DEL CALENDARIO. (Abril 2013)



LAS CHICAS DEL CALENDARIO.

Teatros del canal.

Autor: Tim Firth.
Director: Antonio Calvo.

Intérpretes: Beatriz Carvajal, María Garralón, Berta Ojea, Soledad Mallol, Asunción Balaguer, Cati Solivellas y Carmen Esteban, entre otros.

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES.

Estamos ante una historia conmovedora, con cierto punto reivindicativo, con bastante tono moralista, que promete mucho pero que nos deja insatisfechos.
Esta insatisfacción nos llega desde múltiples puntos de vista:
Por un lado, la escenografía, ciertamente trabajada, pero demasiado grande, demasiado pesada, ralentiza la acción y acentúa el carácter accesorio de algún que otro personaje y alguna que otra escena; con lo que el trabajo empleado en ella, resulta baldío.
Por otro lado, el trabajo de las actrices y sus diálogos son forzados y carentes de verdad. A veces, tenemos la sensación de estar ante el televisor, viendo una de las múltiples series en las que más de una han participado; las risas son falsas y a veces gratuitas. Siguiendo con el elenco, pasamos a los secundarios: Qué malos son los intérpretes que dan vida al fotógrafo del famoso calendario y a la peluquera, amante del marido de una de las chicas del calendario.
Este actor y esta actriz, hacen de sus personajes unas caricaturas, malas caricaturas, que sobran absolutamente y que, en el caso de la peluquera, forma parte de un toque moralista que resulta pasado y desagradable.
Personalmente, “Las chicas del calendario” me ha decepcionado por completo. No me conmovió nada la historia. No me pareció creíble ni convincente ese instituto femenino con tan sólo 6 integrantes, para un calendario de doce meses.
No me creí a la directora, otra caricatura de esa asociación; tampoco las diversas escenas, lentas en su sucesión y algunas, muy cortas en su ejecución, que son sketches televisivos vestidos de un humor demasiado visto.
“Las chicas del calendario” es demasiado larga para un argumento tan simplista. Sin embargo, tendrá mucho éxito. “Las chicas”, veteranas en su profesión, cuentan con numerosos fans y saben ganarse a un público sediento de risas fáciles…

Sofía Basalo.

miércoles, 4 de junio de 2014

UNA VIDA ROBADA. (Enero 2014)

UNA VIDA ROBADA. (LA MALA MEMORIA)



Centro Cultural Fernando Fernán Gómez.
Autor: Antonio Muñoz de Mesa.
Directores: Antonio Muñoz de Mesa y Julián Fuentes Reta.
Intérpretes: Carlos Álvarez Novoa, Asunción Balaguer, Liberto Rabal y Ruth Gabriel.

NI CHICHA NI LIMONÁ.

Podría ir al grano y limitarme al pensamiento que se apoderó de mi cabeza cuando comencé a ver esta función. Podría ser comedida, condescendiente e incluso aplaudir el hecho de que un tema que ha comenzado a salir a la luz hará poco más de un año, sea llevado con tal celeridad a un escenario; pero no me apetece. No me apetece porque creo que se ha querido aprovechar el “boom” que todavía existe sobre “la real y macabra historia” de los niños robados, porque se ha hecho con un texto pobre y previsible (desde un principio intuí que los dos personajes más jóvenes tenían mucho que ver genéticamente), porque esa intriga, ese suspense del que habla su autor casi no existe… Quizá  tanto cambio de escena, tanta lentitud, tanta parsimonia en la conducta de los dos jóvenes provoca que interiormente queramos darles un empujoncito, dar un empujoncito en general, a una función cuyo valor reside únicamente en Carlos Álvarez Novoa; en la fuerza y vitalidad da a su enfermo, que no desmemoriado, personaje.
Considero, pues, que “Una vida robada” es un pobre intento de llevar al escenario un tema con mucho contenido, con mucho fondo, un tema que merecía más, como quizá podría merecer más el debut teatral de Liberto Rabal.


Sofía Basalo.

lunes, 26 de mayo de 2014

LA CELESTINA. (Octubre 2012)

LA CELESTINA.



Teatro Fernán-Gómez.
Autor: Fernando de Rojas.
Versión: Eduardo Galán.
Dirección: Mariano de Paco Serrano.
Intérpretes: Gemma Cuervo, Juan Calot, Alejandro Aréstegui, Olalla Escribano, Santiago Nogués, Rosa Merás, Irene Aguilar, Jordi Soler, Natalia Erice.

UN MITO EN MINÚSCULA.

Junto a Don Quijote de la Mancha y Don Juan Tenorio, La Celestina constituye uno de los tres grandes personajes de nuestra literatura. Fernando de Rojas la escribió a finales del siglo XV, para que fuera leída por público universitario y culto de su época y sin afán alguno de que fuese representada.
Quizá por ello el autor no se preocupó por la extensión de la obra (16 ò 21 actos, según la versión)… Con lo que la labor de llevarla a escena siempre ha sido complicada y a menudo se ha fracasado en su empeño.
La versión que ha llevado a cabo Eduardo Galán para la propuesta que actualmente podemos ver en el Teatro Fernán-Gómez, es muy reducida, tal vez, en algunos parlamentos, demasiado. De este modo, no llega a adentrarse en la psicología de los personajes, en el misterio que encierra La Celestina, en el porqué de la actitud de Calisto o en el misterioso cambio de conducta de Melibea. Es ésta, en fin, una versión que simplifica esta obra y en cierto modo la trivializa convirtiéndola en un folletín donde todo el mundo muere, quizá de un modo chocante, cuando menos.
La escenografía es muy sencilla. Demasiado blanca con una iluminación un tanto deficiente. La labor de los intérpretes es muy hetereogénea. No me convencen los jóvenes actores que interpretan a los falsos protagonistas (Calisto y Melibea) –Alejandro Aréstegui y Olalla Escribano, respectivamente-, los avariciosos criados, Pármeno y Sempronio, Santiago Nogués y Juan Calot, realizan una labor más convincente, sobre todo éste último. El resto del elenco lleva a cabo un trabajo aceptable, si exceptuamos a Jordi Soler, que interpreta al padre de Melibea y que aparece en escena envarado, diciendo su texto de un modo solemne y a la antigua, con lo que definitivamente rompe cualquier atisbo de homogeneidad ya no sólo en la calidad de la interpretación, sino en las formas.
Detengámonos en La Celestina. Gemma Cuervo. Sin duda, es el reclamo de esta propuesta, la razón de tal labor. Si la escenografía no nos dice nada, no importa, tenemos a Gemma Cuervo (parece decir la productora y el mismo director, quizá yo también lo haría…) Pero Gemma Cuervo no es del todo una buena Celestina. No alcanza a abarcar todos los matices que tiene ese personaje. El misterio que encierra. La sabiduría que ha atesorado a lo largo de toda una vida. Ella afirma que ha hecho una Celestina “humana”, y lo es. Tiene detalles verdaderamente buenos, pero también lleva su actuación en algunos momentos a épocas pasadas, gesticula demasiado, utiliza la voz, elevándola a tonos innecesariamente agudos… Recuerda a las veteranas actrices de épocas pretéritas… No podemos afirmar que el reto “Celestina-Cuervo” haya concluido con la victoria absoluta de “Celestina”, pero casi.
En general, se trata de una propuesta demasiado simplista, que nos deja impasibles, que no nos dice nada… Una propuesta de la que no podemos extraer el porqué del mito literario de La Celestina.


Sofía Basalo.

sábado, 24 de mayo de 2014

UN TROZO INVISIBLE DE ESTE MUNDO. (Noviembre 2012)

UN TROZO INVISIBLE DE ESTE MUNDO.

                                         

Naves del Español.


Autor: Juan Diego Botto.
Director: Sergio Peris-Mencheta.
Intérpretes: Juan Diego Botto y Astrid Jones.

VISIBLE HUMANIDAD…

Cinco voces, cinco personajes invisibles, cinco realidades que caminan silenciosas a nuestro lado, con miedo a molestar, con miedo a ser demasiado presentes, con miedo a ser políticamente incorrectas… Cinco seres reales que de la mano de Juan Diego Botto llegan a nuestro presente para tocarnos con la palabra, para conmovernos, incomodarnos, decirnos que una vez fueron ellos y quién sabe si mañana seremos cualquiera de nosotros. Para ponerle rostro, nombre y apellidos a una realidad que pasa por nuestra cotidianidad escrita con letras minúsculas y casi transparentes.
Un policía que cree que en este país no cabe nadie más. Un inmigrante que intenta comunicarse por teléfono con su mujer para explicarle cómo le va al otro lado del charco. Una mujer subsahariana que nos cuenta en primera persona y con una intensidad sobrecogedora como viajó hacia el primer mundo y todos los obstáculos que tuvo que atravesar para sobrevivir… sin conseguirlo… Un joven nos cuenta su tortuosa experiencia en Argentina en la época en la que la dictadura enturbiaba los Aires Buenos de ese país y finalmente, un hombre filosofa con amarga ironía sobre lo que significa estar lejos de su país natal y perderlo todo por un exilio político.
Estas son los personajes a los que darán vida Juan Diego Botto y Astrid Jones. Unos textos basados en casos reales conocidos por el primero gracias a su colaboración con diversas asociaciones y ONG’s. Unos textos escritos con inteligencia, con un agudo sentido del humor y con una humanidad estremecedora.
La escenografía es muy sencilla. Una cinta transportadora de maletas de cualquier aeropuerto en cualquier lugar del mundo. Los personajes aparecen, surgen, comienzan su testimonio sobre esa cinta transportadora, como si fueran una maleta más. Un objeto que viaja de un país a otro sin elegirlo, sin detenerse a pensarlo, sin pararse a plantearse lo que le espera en ese nuevo lugar en el que como un viejo baúl hace su entrada.
Juan Diego Botto además de ser el autor del texto, es quien lleva todo el peso de esta propuesta teatral, interpretando a cuatro de los cinco personajes, en los que sin duda ha dejado mucho de sí mismo. Botto, que se prodiga mucho más en cine, es un lujo sobre un escenario, como un lujo son estos cinco textos repletos de verdad, de una verdad doliente por su existencia, por nuestra indiferencia y por la invisibilidad a la que la sometemos de una forma tan dolosa como a veces inconsciente.
Sofía Basalo.


miércoles, 21 de mayo de 2014

Los Hijos se han dormido. (Noviembre 2012)

LOS HIJOS SE HAN DORMIDO.




LOS HIJOS SE HAN DORMIDO.

Naves del Español.

Autor y director: Daniel Veronese (Basado en “La Gaviota” de Anton Chejov)
Intérpretes: Malena Alterio, Miguel Rellán, Susi Sánchez, Pablo Rivero, Alfonso Lara, Aníbal Soto y Diego Martín, entre otros.

UNA GAVIOTA INDIFERENTE…

Quizá ésta no sea “La gaviota” que “soñamos” todos aquellos que vimos o leímos la obra escrita por el dramaturgo ruso. En este montaje no hay emoción, no hay sutileza, no hay sentimentalismo, no hay trascendencia, no motiva al espectador al sobrecogimiento… Esto quizá no sea malo en sí mismo, sino fuese porque esa emoción, ese sentimentalismo, esa trascendencia es algo intrínseco a cualquier título “Chejoviano”.
Parece que Daniel Veronese se ha convertido en un director de culto en nuestro país. Un director que sin embargo no siempre ha acertado, recordemos su versión de “Las tres hermanas” también de Anton Chejov. Ello no impide para que pueda hacer lo que mejor le plazca, y una servidora opinar del mismo modo.
“Los hijos se han dormido” extraño título, que sinceramente no sé a qué obedece, es una propuesta que si no se basase en el texto en que se basa pasaría sin pena ni gloria. Porque, repito, carece de humanidad y de emoción.
Por lo demás, la escenografía es rudimentaria y quizá un tanto fea y la dirección de actores es más que correcta, destacando en su labor, los veteranos frente a los más jóvenes y por cierto, televisivos.
Tengo que decir, que fui a ver esta función llena de ilusión. Quizá porque “La Gaviota” es una de las obras teatrales que más me gustan, que más me han emocionado, que más me han sobrecogido… Tal vez, también por esta razón la desilusión fue mayor. Objetivamente nada tengo que refutar a esta versión. Emocionalmente tengo que refutarle todo… pues sinceramente, algo que no te produce ningún sentimiento… es algo fallido en su intento y en su ejecución.


Sofía Basalo.

martes, 29 de abril de 2014

Quitt. (Marzo 2012)

QUITT.


Teatro Valle-Inclán.
Autor: Peter Handke.
Traducción: Pablo Martín.
Dirección: Lluís Pasqual.
Intérpretes: Jordi Boixaderas, Andreu Benito, Jordi Bosch, Eduard Fernández, Míriam Iscla, Lluís Marco, Marta Marco y Boris Ruíz.

CAPITALISTA ABURRIMIENTO…

Podría ser interesante introducirse en las maniobras de los grandes oligarcas para controlar los mercados. Podría ser interesante descubrir cómo nos manipulan, cómo dirigen nuestros gustos, nuestras opiniones, nuestras necesidades… Digo más: No “podría ser” interesante; “Es” algo sumamente actual e interesante… Y sin embargo, todo ello, en este inmenso poema escrito por Peter Handke y estrenado en Zurich hace cuarenta años… No resulta atractivo. Aburre soberanamente.
Los discursos de los diversos personajes resultan plúmbeos y a veces “invitan” al espectador a pensar en otra cosa, cuando no a dormitar.
Los únicos momentos en los que la atención del espectador queda atrapada por la realidad puesta sobre el escenario por Lluís Pasqual son las escenas grupales en las que los intérpretes rompen la cuarta pared caminando a través del patio de butacas. En esos instantes el texto parece aligerarse para abrirse a un diálogo ágil e irónico.
Sin embargo, esa agilidad desaparece. La ironía se diluye en un clima áspero y monótono… Y la intención que el director catalán subraya en el programa de mano resulta ser papel mojado… Palabras vacías que emiten unas voces magníficas (Jordi Boixaderas, Marta Marco), en unas interpretaciones notables (Lluís Marco, Boris Ruíz, Jordi Bosch…)… Encerradas todas ellas en un marco gris, demasiado amplio, demasiado ostentoso… Y demasiado lleno de Nada…
Quizá ésa es la impresión que se quiera dar. Personas que dirigen el mundo, que rigen los destinos ajenos de una forma arbitraria. Personas sin corazón, capaces de matarse a sí mismas por lograr tener más… Personas que viven rodeadas de dinero y sin nada… Sin nadie… Absolutamente solas, en medio de un universo vacío… Como ellos.
Quizá ésa ha sido la intención del director y del autor del texto… Trasladar al espectador la nada que planea a nuestro lado, un universo capitalista e inhumano que nos está aniquilando poco a poco… Sin embargo, esa idea nos la han trasladado muy mal… Porque en lugar de sobrecogernos, preocuparnos, agobiarnos, incluso… Nos aburren… Y eso siempre es un triste fracaso.

Sofía Basalo.


sábado, 26 de abril de 2014

Extraño anuncio. (Marzo 2012)

EXTRAÑO ANUNCIO.


EXTRAÑO ANUNCIO.


Teatro Valle-Inclán (Sala Francisco Nieva)

Autor: Adolfo Marsillach.
Dirección: Mercedes Lezcano.
Intérpretes: Manuel Galiana, Pepe Carabias, Mónica Aragón, Kike Sánchez, Óscar Olmeda y Ana María Barbany.

LA IMBORRABLE HUELLA DEL MAESTRO.

Han transcurrido diez años desde que falleciera Adolfo Marsillach y su viuda continúa en su empeño por cumplir la promesa de estrenar los textos inéditos del actor, dramaturgo, director e inquieto hombre de teatro.
En 2004 leí el texto que hace poco más de un mes llegaba a la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán. Ya en aquel tiempo me fascinó, dejándome un desasosiego indescriptible. Ya en aquel tiempo imaginé su puesta en escena y esperé a dejar de imaginar para ser testigo de la ansiada realidad que en el mes de marzo experimenté.
El misterio de la vida y de la muerte. La enigmática intersección de dos ámbitos que caminan de la mano aunque nos cueste asimilarlo. La magia de una puesta en escena impecable y de unas actuaciones magníficas, que encabeza un Manuel Galiana extraordinario, como es habitual. La mezcla entre el estupor, la incertidumbre y lo ilógico de una sonrisa que nos es inevitable esbozar ante las situaciones que surgieron de un juego magistral.
El tiempo es el eje de una acción que nace tras una llamada, un anuncio chocante y un hombre que a medio afeitar acude a abrir la puerta. Un tiempo que está marcado por un tic-tac que nos acompaña antes, incluso, de que la función comience. Un tiempo que desde su realidad teje una red que poco a poco va ahogando al protagonista; un protagonista que no recuerda haber muerto, que sabe que su mujer está en Barcelona porque su hermana se halla enferma, que no admite que dos empleados de una empresa de mudanza irrumpan en su casa para llevarse los muebles, los pedazos de realidad que aún lo rodean y protegen; un protagonista observado por una mujer enigmática, por un cobrador insistente… Y por su esposa… Antes de que reciba la llamada que la obligará a marchar a la ciudad condal…
Manuel Galiana está espléndido en la piel de un hombre cada vez más desconcertado. Su interpretación está llena de mesura, de contención e inocente indefensión. Su trabajo está perfectamente arropado por un elenco impecable que nos sobrecoge y nos hace sonreír desde el propio texto, desde la propia situación, nunca desde el exceso.
La puesta en escena es rigurosa con el texto. El blanco de las paredes de ese piso antiguo nos hace pensar quizá en la irrealidad que rodea la acción, sin contar con las luces y su reflejo azul, que al final de la función nos sugiere multitud de finales, multitud de caminos, multitud de verdades a las que poder agarrarnos, al ser partícipes de un juego teatral más que notable. Tal vez podamos pensar que se podía haber ido más allá de las palabras que dejó escritas el maestro… Sinceramente creo que no era necesario. Esta propuesta es sobresaliente por quien la escribió, por quienes han dado voz a los personajes y por supuesto, por quien la ha dirigido, incluyendo los guiños que hacia su autor están presentes en la función.

Sofía Basalo.



domingo, 20 de abril de 2014

Esta noche no estoy para nadie (Febrero 2013)

ESTA NOCHE NO ESTOY PARA NADIE.




ESTA NOCHE NO ESTOY PARA NADIE.

Teatro Auditorio Federico García Lorca de Getafe.

Autor y director: Juan Carlos Rubio.
Intérpretes: Kiti Mánver, Gisela, David Ordinas y Bruno Squarcia.
Letra: Isabel Montero.
Música: Raúl Gama.

NOTABLE PASATIEMPO.

Después de más de diez años, Juan Carlos Rubio reestrena su primer texto. Una divertida comedia de enredo, aderezada con unas gotas musicales que llevan envueltas ingeniosas letras. “Esta noche no estoy para nadie” nos cuenta la complicada relación que existe entre una madre (Kiti Mánver) que acaba de separarse de su segundo o tercer marido y una hija (Gisela) que vive su primer desengaño amoroso. Ambas acaban de “estrenar” la recién aprobada ley de divorcio, pues hemos de decir que esa noche en la que la primera “no está para nadie” transcurre en 1981; una década en la que se comenzaba a vivir la libertad, la independencia, la desenfrenada alegría… siempre bajo la brillante protección de “la laca”.
La noche de autos, la confusión y el desenfreno se darán cita en el apartamento de la joven. El exmarido y padrastro de ésta “se invitará” a la casa dispuesto a seducirla. Bruno Squarcia da vida a este desfasado personaje, un poco fantasma que cree ser muy moderno porque lleva al hombro un teléfono móvil… (de los que comenzaban a cambiar las costumbres de los más modernos en aquellos tiempos – es decir, de los que pesaban un quintal-). Poco después hará su aparición el cuarto en discordia, el marido gay al que da vida David Ordinas. Éste junto a Kiti Mánver protagonizan uno de los números más hilarantes de este musical de pequeño formato que nos regala un directo íntegro, con unos guiños continuos “al vecino que toca el piano” y vive tras la estantería que cobija los objetos de valor de la pareja de mujeres que se pelean, se dicen las verdades y se quieren con locura en una noche inusitadamente intensa.
La dirección es impecable y los actores se mueven con una complicidad absoluta. La risa, la ironía, el sarcasmo y un poquito de drama, están garantizados en una propuesta enormemente sencilla, casi intrascendente, que se mueve de una agilidad asombrosa entre la nostalgia y la hilaridad… Aunque a decir verdad, todos salimos con ganas de bailar en una noche en la que estamos para todos.


Sofía Basalo.

jueves, 17 de abril de 2014

Desaparecer (Marzo 2012)

DESAPARECER.



Autor: Julio Cortázar (basado en los cuentos de Edgar Allan Poe)
Dirección: Calixto Bieito.
Intérpretes: Juan Echanove y Maika Makovski.

… HACIA LA NADA…

“Desaparecer” no es una obra de teatro al uso. Tampoco es un concierto, ni un recital. Si tenemos en cuenta la personalidad de quien dirige esta propuesta, si nos guiamos por su trayectoria profesional, acudiremos al teatro con la mente abierta y el espíritu presto a recibir todo aquello que la originalidad y la osadía de este director coloca sobre las tablas; en este caso un espectáculo lleno de belleza y sugestión. Un espectáculo que nos conduce hacia un lugar aséptico, hacia un lugar de color blanco sumamente atractivo, hacia un lugar cuyas paredes podrían asfixiarnos y sin embargo nos acogen generosas…  Como si su aislamiento nos protegiese de los miedos, de las imágenes tenebrosas que las palabras crean en la mente del protagonista…  Del hombre que vaga en ese espacio cuadrado, de la mujer que canta sin mirar a un público absorto en la verdad que sobre el escenario queda derramada en cada cuento, en cada capítulo vital, en cada recuerdo doloroso, en cada sentencia condenatoria…
Juan Echanove demuestra que es un actor enorme, con una voz perfectamente modulada, dando a cada frase el matiz preciso, la intensidad necesaria, el dramatismo justo.
Maika Makovski, es la segunda protagonista de este espectáculo. Una compositora muy conocida en el mundo indie, pero que no había experimentado el mundo de la interpretación. Su debut no puede ser mejor. Posee una voz hermosa y una tremenda capacidad para transmitir la oscuridad que todos llevamos dentro, consciente o inconscientemente. Makovski ha compuesto unos inquietantes temas que arropan la puesta en escena de esta propuesta.
El proyecto del director catalán toma forma a partir de diferentes textos de Edgar Allan Poe, a los que se han unido las diferentes vivencias del escritor Robert Walser, que murió mientras paseaba por la nieve próximo al manicomio en el que estaba internado. Juan Echanove nos transmite ese deseo de huida, ese miedo de ignorar hacia dónde caminar, hacia dónde avanzar… El vacío de no saber qué camino tomar, ni si tan siquiera hay un camino que tomar… Y todo lo hace sin un ápice de sobreactuación. Pasa de la indiferencia al terror, de la ira al arrepentimiento, de la lágrima más sentida a la risa más histérica… Y todo ello con la medida exacta de emoción, de visceralidad, de pasión…
La perversidad es intrínseca al ser humano, nos repite el autor, que añade, que sólo alguien inocente puede cometer una maldad… Y en toda su extensión nos la muestra Juan Echanove… Acompañado por una imagen fantasmagórica, silenciosa a veces y siempre hipnotizadora… La imagen de Maika Makovski… Quien nos observa desde un lugar que ignoramos (desde la nada quizá)… Un lugar que nos atrapa como lo hace la niebla que en todo momento cubre el suelo del escenario del Teatro de La Latina… Si en otros espectáculos resulta molesta, en éste experimentamos una rara sensación de cercanía, de magnetismo, es humo frío nos atrapa y nos empuja hacia el lugar desde donde nos habla el gran actor…

Sofía Basalo.


lunes, 14 de abril de 2014

Orquesta de Señoritas. (Septiembre 2012)

ORQUESTA DE SEÑORITAS.



ORQUESTA DE SEÑORITAS.

Director y adaptador: Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Autor: Jean Anouilh
Reparto: Juan Ribó, Juan Carlos Naya, Luisa Martín, Víctor Ullate Roche, Francisco Rojas, Emilio Gavira y Zorión Eguileor.

FEMENINO PATETISMO.

Como las botellas de plástico que conforman el decorado del local llamado “El balcón de España y Portugal”; como las botellas que también decoran el propio Teatro Amaya, los personajes de esta función son pobres mujeres, resignadas y entregadas a su profesión; mientras, tras las luces y las sonrisas forzosas, respira la realidad de una posguerra cruel y vestida de gris.
Juan Carlos Pérez de la Fuente ha trasladado a España la realidad teatral de la obra de Jean Anouilh, a una época proclive al recuerdo y la memoria: A la posguerra. Las canciones francesas han sido sustituidas por pasodobles y cuplés de sobra conocidos, para concluir con el “legendario” “Suspiros de España”.
Los integrantes de esta orquesta son mujeres, mujeres auténticas. Mujeres que sienten como mujeres, que aman como mujeres, que sufren y seducen como mujeres. El trabajo de todos los intérpretes es sobresaliente. Más aún es el trabajo de Luisa Martín quien, la tarde que pude ver la función, tuvo que sustituir a Luis Pérezagua en el papel de Patricia, esa mujer dedicada a su cielito (su madre), su música y su casita, llevando a cabo una magnífica labor.
“Orquesta de señoritas” es una tragicomedia, una tragicomedia musical en la que la música y las interpretaciones vocales son en directo y están ejecutadas con absoluto acierto. Los  intérpretes llenan el escenario moviéndose con gran elegancia.
Se podría haber caído en la parodia, en el ridículo, en la exageración. No es éste el caso. Juan Ribó es Doña Hortensia, la directora de esta orquesta, una mujer entregada a su profesión, a la risa permanente, a un público demandante de una profesionalidad cultivada con, casi, un esfuerzo vital. El resto de la orquesta, muestra ante el público y ante una descuidada labor de costura, sus miserias, su vida personal, sus frustraciones… Mientras se esfuerzan por mantener en pie una orquesta desmembrada.
Es interesante esta apuesta, esta adaptación. Quizá el cartel y la publicidad sugieran otro tono, otros matices, más risa, más frivolidad… No es así, esta “Orquesta” en realidad está llena de amargura… de una amargura que se esconde entre las plumas de un vestuario, de un decorado, de unas canciones repletas de vida, de la vida que ansían estas Señoritas.


Sofía Basalo.

miércoles, 2 de abril de 2014

Diario de Moscú (Diciembre 2012)

DIARIO DE MOSCÚ



Teatro del Arenal.

Autor: Pep Guinyol.
Director: Pep Guinyol.
Intérpretes: Josep Linuesa, Vicente Gil, Esther Galán y Álvaro de Juan.


DIARIO DE UNA FAMILIA “NORMAL”.


Pep Guinyol ha escrito esta comedia, basándose en una pareja de amigos homosexuales que adoptaron un niño ruso. Pep Guinyol ha hecho con ello un canto al amor, al amor auténtico, al amor que está por encima de los estereotipos, de los convencionalismos, de los dogmas y de lo políticamente correcto. Pep Guinyol ha escrito un texto sencillo, una obra sencilla, unos personajes sencillos, que desde su normalidad nos muestran la cotidianidad de una pareja de hombres que ve cómo “su niño” se ha hecho mayor, se ha enamorado y planea casarse. Los intérpretes hacen su trabajo de una manera heterogénea, no están los cuatro al mismo nivel, la verdad. Josep Linuesa es quizá el que mejor elabora su personaje, alcanzando junto a Esther Galán un nivel cómico muy notable en la cena en la que “el niño”  (Álvaro de Juan) presenta su novia a sus padres.
Como antes he apuntado, la obra siempre en tono de comedia es muy sencilla; por eso mismo y por su tono cómico está de más el monólogo que en la conclusión de la misma se apunta Álvaro de Juan. Un monólogo grave, reflexivo, serio… Que queda adosado de mala manera al cuerpo de la obra. No queda bien, sobra de una manera descarada y de mal gusto… Entre otras cosas, porque quien lo declama es el actor más flojo del cuarteto.
Poco más se puede decir de esta sencilla comedia; una comedia tan normal que podría pasar inadvertida, totalmente.
El texto es endeble y los actores tampoco llegan a hacer el milagro de convertirla en algo extraordinario. Salvo el momento de la cena familiar, en el que sí, la risa es clara, sonora y sincera… Poco más logra en el público este “diario moscovita”.


Sofía Basalo.

sábado, 29 de marzo de 2014

Subprime. (Marzo 2013)

SUBPRIME


SUBPRIME.

Teatro Fernando Fernán-Gómez.

Autor: Fernando Ramírez Baeza.
Director: Ricardo Campelo.
Intérpretes: Pep Munné, Chete Lera, Federico Aguado, Daniel Huarte, Aitor Gaviria, Aure Sánchez, Antonio Salazar y Jorge Lora.

REAL COMO LA VIDA MISMA… Y SIN SABOREAR…

Sin duda, la obra que acoge el Centro Cultural Fernando Fernán-Gómez es un ejemplo de un teatro arriesgado, potente, interesante y necesario. Sin duda, un reparto tan extenso, encabezado por dos actores más que solventes, es un ejemplo de buen hacer en unos tiempos oscuros y difíciles. 

Retratar una élite corrupta, que camina entre escombros, que se aprovecha de una sociedad que quizá mire a otro lado porque si mira al frente puede cegarse, es una empresa más que sobresaliente… Y sin embargo, es triste que no se pueda saborear todo este buen hacer. ¿Por qué?
¿Porque el Centro Cultural Fernán-Gómez tiene una mala acústica. Porque cada vez que los actores elevan un poco la voz el eco hace ininteligible un texto, presumo, interesante. Porque los actores no tienen una voz adecuada a las dimensiones del teatro…?

Pues no sé qué decir, porque el texto que defiende, y muy bien, Chete Lera (Vicepresidente del gobierno) se entiende a la perfección; en cambio, el texto correspondiente a Pep Munné, Daniel Huarte, etc… es casi, casi ininteligible desde mi butaca (fila 11).

Así pues, si fuera defecto del teatro no se les entendería a ninguno ¿no?

Siguiendo con la puesta en escena, la considero muy potente y original. Las proyecciones audiovisuales potencian la agilidad de la acción y la rapidez de lo que ocurre en el despacho de ese empresario que siempre resulta atractivo ante las cámaras, aunque su trabajo conduzca a la quiebra la empresa que maldirige; ese empresario que nos recuerda a muchos de los que han conducido hacia un presente ruin y desesperanzador, este mundo en el que sobrevivimos a duras penas.
He de reconocer que en cierto momento me aburrí, no pude seguir la acción de esta obra, tal vez la palabrería económica que velozmente declama Pep Munné, el eco que me hacía perderme entre sonidos que no lograba entender, el ir y venir de actores cuyas palabras tampoco lograba digerir… Una pena que espero se solvente… Colocando unos microfonillos, cambiando de teatro o de actores… A saber.


Sofía Basalo.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Tengamos el sexo en paz. (Septiembre 2012)

TENGAMOS EL SEXO EN PAZ.

                                                         


TENGAMOS EL SEXO EN PAZ.

Teatro Arenal.

Autor: Darío Fo y Franca Rame.
Director: Álvaro Lavín.
Intérprete: Mercedes Castro

SEXO SIN TAPUJOS.

Hace unas seis temporadas más o menos, Charo López daba voz a este texto en el Teatro Infanta Isabel. En esta ocasión, ha sido Mercedes Castro, de la mano de Álvaro Lavín, quien ha retomado la vigencia de las palabras del Premio Nobel Darío Fo, para seguir quitando telarañas a un tema eterno y de eterna actualidad: El sexo.

De un modo hilarante y festivo, la actriz, imparte la lección magistral concebida por Fo. Todas las caras del sexo quedan expuestas en un texto que, como corresponde, nos llega salpicado de reivindicación y sana crítica.

El sexo es algo consustancial al ser humano y no hay porqués suficientes para esconderlo, para taparlo, para maquillarlo o para vestirlo de pecado o falta imperdonable.

Mercedes Castro interpreta a diecisiete personajes en solitario con una naturalidad y una verdad con las que consigue conectar de lleno con el público; cosa que, a mis ojos, no lograba Charo López. También he de decir que ésta última no es santo de mi devoción y quizá no sea del todo objetiva en el juicio.

Darío Fo tiene la virtud de ser siempre actual; de hecho no es su único texto en vigor, en la cartelera madrileña. Además de la fuerza que siempre derrocha el autor, podemos decir que tiene el don de ser un visionario y tratar un tema en este caso, trillado, repetido, recurrente y quizá manido, de un modo diferente; con inteligencia, buen gusto y total ironía.

Álvaro Lavín potencia estas últimas características, para crear un espectáculo absolutamente sencillo y puro, que es conducido por una actriz fantástica.

Sofía Basalo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Sofocos. Enero 2013.

SOFOCOS.




Teatro Nuevo Apolo.

Autora: Isabel Arranz.
Dirección: Juan Luis Iborra e Isabel Arranz.
Intérpretes: Ana Hurtado, Lolita Flores, Fabiola Toledo y Paz Padilla.


LA VIDA EMPIEZA A LOS 50.


Supongo que hoy en día con la situación que atravesamos los españolitos de a pie y las empresas de todos los ámbitos habidos y por haber, es lógico que una de éstas aborde proyectos cuyo único fin sea recaudar dinero; proyectos vendibles; proyectos sin sustancia y que llamen al público, incluso a aquél que jamás pisa un teatro pues está mejor en casita viendo “Sálvame”.

“Sofocos” es uno de estos proyectos. Una serie de monólogos más o menos fáciles, interpretados por dos personajes muy conocidos y queridos por la gente que, sobre el escenario, están custodiados por dos actrices menos conocidas y sositas, por no decir malas. Una serie de canciones, interpretadas a veces en playback. Una serie de coreografías vulgares y una imagen muy televisiva, muy mediática que afirmará una y otra vez que la menopausia es “un tiempo tan feliz…”

“Sofocos” no es más que eso. Unos chistes que Paz Padilla dice con su gracia habitual. Unas situaciones que la mayor de Los Flores aborda con soltura y del que apenas podemos salvar dos “gags”. Porque el tema está trillado, porque no nos ofrece nada nuevo y porque no hay nada sobre ese escenario que no veamos cada día en “Tele Cinco”.

La dirección no se ve, porque los dos nombres que conocemos se limitan a ser ellos mismos y los otros dos, acompañan con poca fortuna a sendos “ovarios” cantarines (sktech musical afortunado de la “sofocante” propuesta); supongo que se habrá pensado que el objetivo no precisa dirección alguna, pues el reclamo está en los nombres, en las caras, en el continente, no en el contenido… Y cualquier cosa hará que tras una hora y media, “el respetable” se levante de su butaca y ovacione a aquéllas que entonan el “50 años no es nada”.
“Sofocos” cumple el objetivo para el que fue concebido. ¿Debemos, pues, salvar de “la quema” a este incómodo síntoma menopáusico?... Dada la situación, seamos benévolos… Aprobado, pues, para esta nueva etapa vital del sexo fuerte.


Sofía Basalo.

sábado, 15 de marzo de 2014

DR FAUSTUS. (Febrero 2012)

DR FAUSTUS.





Autor:  Christopher Marlowe.
Adaptación: David Desola.
Dirección: Simon Breden.
Intérpretes: Óscar Sánchez Zafra, Bruno Ciordia, Alicia Garau, Jesús Teyssiere, Ana María Montero, Jorge Gurpegui, Daniel Moreno y Alejandro Saá.

… CON EL ALMA EN VENTA…

El texto de Christopher Marlowe nos narra la leyenda del hombre que vendió su alma al diablo para obtener todo lo que deseaba en la vida. Un hombre sabio incapaz de mantenerse indemne ante las tentaciones maléficas de Lucifer. Un mito que continúa su ciclo manteniéndose absolutamente actual porque el poder corrompe, porque el poder deja al descubierto nuestra realidad, una realidad vil, mezquina y frágil, porque la verdad que pone ante nuestros ojos ese poder es sólo una fantasía, un sueño… Una pesadilla, quizá.

Ha sido un acierto la puesta en escena de La Fundación Siglo de Oro, antes Rakatá. Un acierto por su urgencia, por su necesidad; por la situación que atraviesa una sociedad únicamente preocupada por acaparar, por enriquecerse a corto plazo, tan rápidamente como fugaz… Ha sido un acierto la puesta en escena por el modo en el que Simon Breden nos cuenta esta fábula, la vida del Dr. Faustus, una vida puesta sobre un tablero de juego, del juego más capitalista que puedan imaginar: El Monopoly. La vida se convierte en una partida de Monopoly. El tiempo son tres dados, ellos marcan nuestros pasos…  Que pasarán por la cárcel, por el banco, por la bancarrota… Y por la posibilidad de comprarnos una calle, un barrio, una urbanización… Sin olvidar los siete pecados capitales que, como escalones en descenso, calientan nuestras huellas hasta caer en brazos del Demonio, de la muerte, de la soledad y el abandono.

Son ocho los intérpretes que nos cuentan, nos dramatizan la historia de Fausto. Sólo uno será el sabio que vendió su alma. El resto dará voz a los personajes que pasarán por la vida del hombre ilustrado:  Personajes reales, personajes fantasmagóricos, malignos, ángeles, religiosos, mendigos, usureros…

En algún momento, la propuesta  resulta pesada, quizá por su tono ritual. Sin embargo la sátira y la crítica ácida de algunas escenas (sobre todo en la segunda parte) son inmejorables.

Óscar Sánchez Zafra es un perfecto Fausto. Atormentado, prepotente, fracasado, temeroso… Defiende el personaje de una manera soberbia en todo momento, así como el resto del reparto.
Sin embargo, considero que “Dr. Faustus” es una obra difícil. Una buena propuesta que a veces resulta complicado seguir.

Sofía Basalo.


jueves, 13 de marzo de 2014

Babel. (Octubre 2012)

BABEL.



BABEL

Teatro Marquina.

Autor: Andrew Bovell.
Adaptador: Pedro Costa.
Directora: Tamzin Townsend.
Intérpretes: Pedro Casablanc, Aitana Sánchez-Gijón, Jorge Bosch y Pilar Castro.

PAREJAS ENAMORADAS/MATRIMONIOS DESENAMORADOS.

No estamos ante una obra al uso. Quizá un público acostumbrado a un teatro más clásico, no acierte a enterarse del todo, a entrar en el mosaico que Babel nos ofrece. Un compuesto en el que se conjugan a un tiempo diversos espacios, diversas acciones, diversos diálogos, en un ejercicio teatral realmente complicado que está resuelto de un modo más que satisfactorio.

Dos parejas se son infieles respectivamente al mismo tiempo y en distintos lugares. El público es testigo de ambas acciones así como del posterior encuentro en el domicilio de cada uno. Se ha de estar muy atento a esta primera historia pues existen diversas ramificaciones que la unen al thriller que seguidamente dará comienzo, continuando parcialmente el formato inicial.

La dirección es verdaderamente eficaz, como suele ser habitual en Tamzin Townsend. Los intérpretes responden con solvencia a los nueve personajes a los que habrán de dar voz, alcanzando cotas de un dramatismo a veces sobrecogedor. Quizá el personaje más agradecido en este último punto sea el de Aitana Sánchez-Gijón, en la segunda parte de esta propuesta. Una psicoanalista, repleta de inseguridades, enfrentada a una paciente agresiva e intimidadora que a la postre resulta ser la amante de su marido, con quien no logra comunicarse.
Éste es el quid de esta obra, de ahí su título. No hay distintos lenguajes, diferentes idiomas en el edificio de dos plantas que conforma la escenografía de Babel. Pero sí hay una absoluta incomunicación; un absoluto cansancio en unos matrimonios que se toleran, que se aguantan, que se han acostumbrado a hacerse una compañía en soledad que a veces hace daño y les pide sentir otra cosa o simplemente sentir; hay hastío y un concepto de lealtad erróneo y egoísta… Y también hay deseo, amor, dependencia… Un cúmulo de sentimientos que nos invita a reflexionar tras la conclusión de una obra que nos deja helados.
Babel es una obra notable, novedosa, exigente tanto para el actor como para el público. El cuarteto intérprete no es del todo homogéneo, quizá los papeles femeninos sean más ricos y les ofrezcan a ellas la oportunidad de un lucimiento que en el caso masculino no llega a ser tal; sin embargo funciona y lo hace realmente bien.


Sofía Basalo.

domingo, 9 de marzo de 2014

Atlas de geografía humana. (Diciembre 2012)

ATLAS DE GEOGRAFÍA HUMANA.



ATLAS DE GEOGRAFÍA HUMANA.


Teatro María Guerrero. Sala de la Princesa.

Autora: Almudena Grandes.
Adaptación: Luis García-Araus.
Dirección: Juanfra Rodríguez.
Intérpretes: Ana Otero, Nieve de Medina, Rosa Savoini y Arantxa Aranguren.


… GEOGRAFÍAS FEMENINAS…


Los femeninos paisajes de este atlas nos muestran sus cordilleras, sus valles, sus cabos, sus ríos, afluentes, capitales, autonomías, fronteras… 

Los femeninos paisajes de este atlas pasean su cotidiana realidad a través de sesenta y cinco minutos intensos y nostálgicos… 

Los femeninos paisajes de este atlas se desnudan cuidadosamente regalándonos cuatro rostros de mujeres luchadoras, supervivientes, enérgicas, enamoradas, hastiadas, valientes, conquistadoras y a veces, perdidas en un mundo hostil y pedregoso.

La novela de Almudena Grandes, como todos sus títulos, es una gran obra tanto por su calidad como por su extensión. 

Luis García-Araus ha hecho un trabajo meticuloso y sutil, condensando el texto en una obra de teatro de poco más de una hora. Una obra de teatro en la que no falta ni sobra nada. Una obra de teatro sencilla, con cuatro actrices magníficas, apoyadas por un violinista que en algunas ocasiones cubre un casi ausente personaje masculino. 
Una obra de teatro dirigida con una mano maestra, invisible que deja una libertad absoluta y medida a las cuatro mujeres que viven y se confiesan en el pequeño escenario de esta íntima sala.

Algún medio de comunicación ha manifestado lo innecesario de unas connotaciones políticas que pueden chirriar en la voz de uno o dos personajes… Todos conocemos a Almudena Grandes

¿Podría ella crear a mujeres sin inquietudes, sin ganas de luchar, sin ganas de participar de forma activa en la vida pública? No. 

Creo que estas connotaciones políticas son algo intrínseco al carácter de estas mujeres, mujeres trabajadoras, activas que sí, que buscan un cambio, pero no un cambio que llegue de fuera y por casualidad… 

Ellas serán el mismo cambio aunque para tal fin tengan que hastiarse del agridulce sabor de la vida…


Sofía Basalo.

sábado, 8 de marzo de 2014

¿Quién teme a Virginia Woolf?. Septiembre 2012.

¿QUIÉN TEME A VIRGINIA WOOLF?


                                                               



 Teatro de La Latina.
Autor: Edward Albee.
Versión y Dirección: Daniel Veronese.
Intérpretes: Carmen Machi, Pere Arquillué, Ivan Benet y Mireia Aixalá.

LECCIÓN TEATRAL.

George y Martha se odian. George y Martha se aman. Quizá ninguno pueda estar sin el otro. Quizá ninguno sea nada sin el otro… Aunque tampoco lo son en compañía.

Se conocen perfectamente. Conocen sus debilidades, sus frustraciones, sus deseos incumplidos, las personas que quisieron ser y aquello que han llegado a ser; de tal modo que saben cómo increparse, cómo humillarse, cómo herirse… Para poco después unirse en un abrazo ahogado en alcohol.
George es un profesor de historia con un grave problema de alcoholismo. Martha es una mujer frustrada e insatisfecha.

La noche de un sábado cualquiera se reúnen con un compañero del trabajo de George y su mujer para completar una velada agradable, que acabará convirtiéndose en una auténtica pesadilla. Una pesadilla a cuatro, que sacará a la luz las emociones más profundas de cada uno.

No vi la película que a mediados de los años sesenta interpretaron Liz Taylor y Richard Burton, pero siempre he tenido la impresión de que era éste un texto con una carga emocional grandísima; un texto que exige lo máximo de aquellos que lo pongan en pie. Un reto, en definitiva, para cualquier intérprete.

El Teatro de La Latina ha abierto su temporada con la genial obra de Edward Albee, interpretado por Pere Arquillué y Carmen Machi. Dos actores que se odian, se escupen, se aman, se humillan con una verdad que sobrecoge. Personalmente, nunca he sido muy “fan” de Carmen Machi, pero he de reconocer que en esta ocasión me ha dejado impresionada. Su trabajo es más que magnífico. No vemos a Carmen Machi, vemos a esa mujer frustrada caminando a duras penas por una beoda existencia. Pere Arquillué domina el escenario y las aristas de su personaje de un modo absoluto. Ambos forman un “matrimonio” sobresaliente.

En el programa de mano leemos que este texto es el retrato de la sociedad norteamericana del momento y un análisis del engaño. De las falsas apariencias quizá, de aquello que queremos ocultar por vergüenza, por prejuicios, por hipocresía, por una moral enfermiza que asfixia nuestros sueños, nuestros pasos… Quizá una moral que nos impide soñar…

“¿Quién teme a Virginia Woolf?” es todo eso y mucho más. Una obra de teatro sobresaliente, que exige de dos grandes intérpretes. Tenemos a esos dos intérpretes y tenemos una obra de teatro soberbia.


Sofía Basalo.

martes, 25 de febrero de 2014

WILT. EL CRIMEN DE LA MUJER HINCHABLE.

WILT. EL CRIMEN DE LA MUÑECA HINCHABLE. (octubre 2012)



WILT. EL CRIMEN DE LA MUÑECA HINCHABLE.

Teatro Bellas Artes.
Autor: Tom Sharpe.
Adaptación y dirección: Garbi Losada.
Intérpretes: Fernando Guillén Cuervo, Ana Milán, Ángel de Andrés, Koldo Losada y Aitziber Garmendia.

DE LA NOVELA, AL TEATRO… UN RETO NO SUPERADO.

La novela del británico Tom Sharpe ha vendido más de diez millones de ejemplares en todo el mundo. A todos nos suena, reconozcámoslo. Personalmente recuerdo a este personaje de mis adolescentes clases de literatura en un colegio privado concertado cerca de casa. Recuerdo este personaje como un hombre fracasado, intentando superarse a cada instante, a cada grito de una mujer que consigue hundirlo en una autoestima endeble y extremadamente frágil. Se puede extraer de la delirante historia de este señor llamado Wilt, diversas críticas. A la familia, a la sociedad, a la escala de valores de la misma sociedad, al sistema policial… Quizá  sí, pero es tan surrealista esta historia, su planteamiento, su desenlace, su transcurso… que personalmente, no salgo del teatro o no cierro el libro con la sensación de haber presenciado algo crítico, algo más o menos serio, algo que me haga reflexionar.
Esta historia es una comedia sin más y así lo han entendido su adaptador, director y elenco interpretativo, que han elaborado una especie de cómic, donde se funden en un collage las proyecciones audiovisuales y la realidad teatral. A mi parecer, esto no favorece a la propuesta. No le da homogeneidad, más bien al contrario. El cambio de planos me produce una sensación extraña, una sensación que me aleja de un hecho teatral que no me parece tal. Quizá sea porque los protagonistas son actores que he visto sobretodo en series de televisión y no me ofrecen nada nuevo, ningún matiz que me aparte del estereotipo que sus personajes han hecho de sí mismos o a la inversa, ellos se han dejado poseer por ciertos caracteres que han explotado en… Esta propuesta, por ejemplo.
“Wilt. El crimen de la mujer hinchable” es uno de los títulos más flojos y menos atractivos que he visto últimamente, en la cartelera madrileña. Los intérpretes se limitan a hacer de este título una comedia mediocre. No sé si el error está en ellos o en el planteamiento de un director que ha seguido a pie juntillas la letra de una novela, con el riesgo que ello conlleva. En mi opinión, el reto no se ha cumplido. Lo siento.


Sofía Basalo.