domingo, 29 de abril de 2012

ELLING (Febrero 2012)





ELLING

Teatro Galileo.

Autor: Ingvar Ambjorsen.
Versión: David Serrano.
Dirección: Andrés Lima.
Intérpretes: Javier Gutiérrez, Carmelo Gómez, Chema Adeva y Rebeca Montero.

LA AVENTURA DE VIVIR.

A todos nos falta algún elemento en la gran aventura de la vida. Todos hemos tenido miedo alguna vez. A todos nos ha perseguido algún recuerdo. A todos nos ha obsesionado algo, en un momento dado. Todos nos hemos sentido incapaces de seguir, de mantenernos en la eterna y floja cuerda de la estabilidad, del equilibrio, de lo socialmente aceptable… Sin embargo lo único importante en esta travesía es intentarlo, luchar por lo que queremos y creemos, ser valientes y cruzar la puerta que nos separa de nuestras propias trampas, salir y ver que todos, al fin y al cabo, tenemos un único propósito: La felicidad… Sumar momentos plenos, que la balanza de la vida se incline por la sonrisa, por la amistad, por la complicidad, por la satisfacción de poder ser uno mismo, por la seguridad de encontrar nuestros porqués en un mundo, en una sociedad… En el fondo, acogedores.
Éste es el mundo de Elling. Un mundo en el que poco a poco todos van entrando por el único camino correcto: El del corazón, el de los sentimientos, el de las emociones.
Éste es el mundo de Elling. Siempre en peligro, siempre bajo la atenta mirada de Frank (Chema Adeva), severa y comprensiva… Como todos…
Éste es el mundo de Elling, un mundo de palabras, inteligencia y sensibilidad.
Elling (Carmelo Gómez) y Kjell (Javier Gutiérrez) que han convivido durante dos años en un centro psiquiátrico, se enfrentan ahora al reto de su vida: La reinserción social; demostrar que pueden vivir como dos personas “normales”.
Seremos testigos de ese proceso, de ese caminar a través de los miedos, las inseguridades y los descubrimientos.
Elling y Kjell habrán de abandonar poco a poco sus muletas (Quién más quién menos andamos un poco cojos, con lo que sería mejor decir que nuestros dos protagonistas habrán de aprender a disimular su cojera para vivir).
Andrés Lima no nos defrauda; como tampoco lo hacen dos actores maravillosos que desprenden verdad a borbotones. Un equipo infalible que ha abordado con una emocionante humanidad el día a día, la rutina, de un sector social, todavía preso de las tristes y arbitrarias etiquetas.
Es inevitable, más aún, totalmente recomendable, emprender este viaje. Un salto mortal tras el cual renacer más vivos que nunca.

Sofía Basalo.

sábado, 14 de abril de 2012

IDIOTAS ROMÁNTICOS. (Julio 2011)


IDIOTAS ROMÁNTICOS.

Café del Teatro Arenal.

Autor: Rich Orloff.

Dirección e interpretación: Lucía Franco y Rodrigo Chiclana.

A VUELTAS CON EL AMOR...

¿Qué quieren las mujeres. Qué quieren los hombres?

Eternas preguntas cuyas respuestas conocemos. Sí, las conocemos... Y aún así, volvemos a formularlas... Quizá con la esperanza de que la respuesta, por obra y gracia de alguna fuerza sobrenatural, sea diferente; quizá con la esperanza de que por una vez la respuesta sea la que queremos o la que nos hace falta para que nuestra autoestima levante su rostro y sea capaz de mirar al mundo de frente, o la que demanda nuestro “enfado” cuando nuestras relaciones se rompen, cuando quedan menoscabadas por una equivocación, por una torpeza, por una omisión indebida o por alguna acción que debió ser, en ese caso, una omisión...

“Idiotas Románticos” es un vodevil cómico. Un viaje a través de las relaciones entre hombres y mujeres. Una búsqueda vestida de humor. Un encuentro, al fin y al cabo, en el que los sentimientos deambulan desde el más puro (o idiota) romanticismo hasta el instinto más primario.
Lucía Franco y Rodrigo Chiclana han sido los artífices de esta propuesta. Han llevado a cabo la traducción, han elaborado la dramaturgia y por último, son quienes dan voz a los distintos personajes que sobre el escenario del café del Teatro Arenal muestran su “idiotez romántica”... Eso sí, con vocación reivindicativa.

El trabajo de los dos intérpretes es realmente bueno, por la rapidez, por la simpatía y la conexión que establecen con el público y por la versatilidad que demuestran durante la hora y diez minutos que dura el espectáculo. Quizá pudiéramos esperar menos de una propuesta cuyo tema está un tanto trillado, pero no es así. Tampoco diría que aborda la temática con una originalidad extrema, las cosas como son... Pero, no sé, quizá ocurra lo que esbozaba al principio. “Idiotas románticos” plantea unas preguntas cuyas respuestas conocemos. ¿No sabemos lo que quieren las mujeres. No sabemos lo que quieren los hombres? Lo sabemos, sabemos que en este aspecto somos notablemente diferentes (habrá excepciones, por supuesto)... Pero no nos cansamos de hacernos estas preguntas, no nos cansamos de reírnos de nuestros errores y de nuestras torpezas... Quizá sea porque no tenemos libro de instrucciones y seguimos cometiendo esos mismos errores y esas mismas torpezas...

“Idiotas románticos” no nos ofrece nada nuevo, no entiendo (la verdad) el porqué de su éxito internacional y sin embargo, consigue hacernos reír, consigue que nos veamos reflejados en más de una situación... o que incluso veamos a alguien que conocemos, en la piel de algún personaje de este vodevil... Pero no hay nada más detrás de lo expresivo de un título que acaba siendo una afirmación asumida de una forma más que consecuente. Si el romanticismo hoy en día es una idiotez; afirmemos y admitamos la nuestra... Y a mucha honra.

Sofía Basalo.

jueves, 5 de abril de 2012

LOS HOMBRES NO MIENTEN. (Septiembre 2011)


LOS HOMBRES NO MIENTEN.

Teatro Amaya.

Autor: Eric Assous.

Director: Arturo Fernández.

Intérpretes: Arturo Fernández, Sonia Castelo y Carlos Manuel Díaz.

... EL COSTUMBRISMO DEL SIGLO XXI...

Arturo Fernández afirma que ésta es la mejor comedia que ha llegado a sus manos en muchísimo tiempo. Una comedia elegante, de un realismo increíble y de una altura considerable.

Arturo Fernández, galán donde los haya, ha afrontado esta nueva aventura como lo viene haciendo de un tiempo a esta parte: Produciendo, dirigiendo y protagonizando un texto al que como también viene siendo habitual le añade sus reiterativas “coletillas” y consabidos “ademanes”.

Recuerdo la declaración que el actor asturiano realizaba a una revista, días previos al estreno en el Teatro Amaya. En ella se jactaba de tener el mejor decorado de la cartelera. Fernández añadía que el público comenzaba a aplaudir cuando el telón daba paso al salón de la casa de los protagonistas y a las vistas que a través de las ventanas podían divisarse. Es cierto que el decorado está muy bien, pero si vamos a jactarnos de ello, completemos esa “perfección”. No la “caguemos” con detalles tan obvios como por ejemplo la luz. Al comienzo es de noche. El matrimonio llega muy tarde de una fiesta, hablan, discuten... Y mientras tanto ha pasado el tiempo. Repito: Es de noche... Y tras la ventana lo que vemos es la luz de la tarde... Si tenemos la osadía de decir que contamos con los mejores decorados de la cartelera, hagamos un poquito más, hoy en día es muy fácil hacer que las hojas de las palmeras se muevan, que el agua de la piscina también se mueva... Si vamos a ser “realistas” como era la Alta Comedia, démosle ese realismo a todo.

“Los hombres no mienten” parte de un postulado muy visto. Las relaciones matrimoniales, los cuernos... En fin, qué les voy a decir que no sepan ustedes. Sin embargo, sí hay cierta inteligencia u originalidad en el final, en la vuelta de tuerca que el autor da a esta obra, en lo “sorprendente” de la actitud de la esposa. El texto de Eric Assous puede ser pasable, incluso agradable, sin embargo Arturo Fernández lo llena de “morcillas”, de giros y gestos que contribuyen a restarle elegancia. De igual modo, su labor como director fracasa estrepitosamente en el segundo acto, con el carácter histriónico que le ha dado al personaje que interpreta Carlos Manuel Díaz. Quizá busque la risa fácil, llenar así un teatro enorme como el Amaya... No lo sé, de cualquier forma el segundo acto está lleno de exceso y esa característica resulta bastante desagradable.

Poco más podemos decir de esta nueva pieza de “Alta Comedia” protagonizada, dirigida y producida por Arturo Fernández. Poco más y del todo estereotipado, pues la conclusión viene a decirnos: Ponle los cuernos a tu pareja, pero no se lo digas... Sobre todo si eres hombre, porque los hombres sí mienten aunque no con tanta inteligencia como las mujeres...

Sofía Basalo.

lunes, 2 de abril de 2012

LAS NOVIAS DE TRAVOLTA. (Octubre 2011)


LAS NOVIAS DE TRAVOLTA.

Teatro Arenal.

Autor: Andrés Tulipano.

Adaptación: Paloma Ulloa.

Dirección: Josu Ormaetxe.

Intérpretes: Beatriz Rico, Carla Hidalgo, Elena Martín E Isabel Pintor.

CUARENTAÑERAS.

El uruguayo Andrés Tulipano lleva más de 25 años escribiendo para TV y acaba de cumplir 50, edad que, según él, le permite pasar a ser un autor de larga trayectoria, iniciando así una nueva etapa en la que “me he propuesto no escribir por encargo, sino sobre lo que me dé la gana”.

Esta libertad le ha llevado a escribir sobre mujeres, aunque muchos le advirtieron de que no lo hiciera porque “es un tema muy trillado”. Él no estuvo de acuerdo y escribió la obra que actualmente podemos ver en el Teatro Arenal y que, por lo que parece, ha sido “multipremiada”.

Habría que decirle a este autor de larga trayectoria que un tema nunca está trillado si se tiene la suficiente inteligencia y buen gusto como para abordarlo de un modo original. Quizá, éste sea el “problema” de “Las novias de Travolta”... O el “problema” de la adaptación realizada por Paloma Ulloa. (Cuando algo se ha adaptado no se llega a saber del todo, dónde acaba el texto original y dónde comienza la labor del adaptador)

Según Andrés Tulipano, todas, las cuatro, tienen algo que decir y de hecho, todas, las cuatro, hacen una especie de monólogo al estilo de “El club de la comedia” (Algo “trillado” no por el tema en sí, sino por el modo en el que dicho monólogo se desarrolla).

La obra nos cuenta la reunión de cuatro amigas de la infancia que se reúnen con motivo del cuarenta y dos cumpleaños de una de ellas. No hay más. Tampoco hay una verdad que nos invite a esa reunión, a creernos esa reunión. Los personajes son arquetípicos, sus diálogos y monólogos están llenos de chistes vulgares, conocidos y poco innovadores. Entre la maraña de irrelevancia en la que se desarrolla “la noche de autos” se introducen algunas frases que en cierto modo pueden llegar a conmovernos, pero son frases sueltas entre un diálogo intrascendente y poco veraz que incluso llega a romper la “posible” emoción.

Las actrices poco pueden hacer en unos personajes tan superficiales... Pues cuando alguno de ellos parece mostrar un rostro más o menos profundo, rápidamente emerge hacia la superficie alejándose de lo que quizá sí pudiese llegar a ser interesante.

Esta obra se queda en lo anecdótico de una edad, de una etapa, de una psicología que puede dar mucho de sí, aunque su tema sea recurrente... Pero claro, ese “dar mucho de sí” no puede ser si nos quedamos en lo “trillado”, en personajes planos e incapaces de avanzar en una dimensión nueva, profunda y seria. Un chiste está bien, una sucesión de chistes triviales en menos de una hora y veinte minutos... chirría... Cuando menos.

Sofía Basalo.