sábado, 29 de marzo de 2014

Subprime. (Marzo 2013)

SUBPRIME


SUBPRIME.

Teatro Fernando Fernán-Gómez.

Autor: Fernando Ramírez Baeza.
Director: Ricardo Campelo.
Intérpretes: Pep Munné, Chete Lera, Federico Aguado, Daniel Huarte, Aitor Gaviria, Aure Sánchez, Antonio Salazar y Jorge Lora.

REAL COMO LA VIDA MISMA… Y SIN SABOREAR…

Sin duda, la obra que acoge el Centro Cultural Fernando Fernán-Gómez es un ejemplo de un teatro arriesgado, potente, interesante y necesario. Sin duda, un reparto tan extenso, encabezado por dos actores más que solventes, es un ejemplo de buen hacer en unos tiempos oscuros y difíciles. 

Retratar una élite corrupta, que camina entre escombros, que se aprovecha de una sociedad que quizá mire a otro lado porque si mira al frente puede cegarse, es una empresa más que sobresaliente… Y sin embargo, es triste que no se pueda saborear todo este buen hacer. ¿Por qué?
¿Porque el Centro Cultural Fernán-Gómez tiene una mala acústica. Porque cada vez que los actores elevan un poco la voz el eco hace ininteligible un texto, presumo, interesante. Porque los actores no tienen una voz adecuada a las dimensiones del teatro…?

Pues no sé qué decir, porque el texto que defiende, y muy bien, Chete Lera (Vicepresidente del gobierno) se entiende a la perfección; en cambio, el texto correspondiente a Pep Munné, Daniel Huarte, etc… es casi, casi ininteligible desde mi butaca (fila 11).

Así pues, si fuera defecto del teatro no se les entendería a ninguno ¿no?

Siguiendo con la puesta en escena, la considero muy potente y original. Las proyecciones audiovisuales potencian la agilidad de la acción y la rapidez de lo que ocurre en el despacho de ese empresario que siempre resulta atractivo ante las cámaras, aunque su trabajo conduzca a la quiebra la empresa que maldirige; ese empresario que nos recuerda a muchos de los que han conducido hacia un presente ruin y desesperanzador, este mundo en el que sobrevivimos a duras penas.
He de reconocer que en cierto momento me aburrí, no pude seguir la acción de esta obra, tal vez la palabrería económica que velozmente declama Pep Munné, el eco que me hacía perderme entre sonidos que no lograba entender, el ir y venir de actores cuyas palabras tampoco lograba digerir… Una pena que espero se solvente… Colocando unos microfonillos, cambiando de teatro o de actores… A saber.


Sofía Basalo.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Tengamos el sexo en paz. (Septiembre 2012)

TENGAMOS EL SEXO EN PAZ.

                                                         


TENGAMOS EL SEXO EN PAZ.

Teatro Arenal.

Autor: Darío Fo y Franca Rame.
Director: Álvaro Lavín.
Intérprete: Mercedes Castro

SEXO SIN TAPUJOS.

Hace unas seis temporadas más o menos, Charo López daba voz a este texto en el Teatro Infanta Isabel. En esta ocasión, ha sido Mercedes Castro, de la mano de Álvaro Lavín, quien ha retomado la vigencia de las palabras del Premio Nobel Darío Fo, para seguir quitando telarañas a un tema eterno y de eterna actualidad: El sexo.

De un modo hilarante y festivo, la actriz, imparte la lección magistral concebida por Fo. Todas las caras del sexo quedan expuestas en un texto que, como corresponde, nos llega salpicado de reivindicación y sana crítica.

El sexo es algo consustancial al ser humano y no hay porqués suficientes para esconderlo, para taparlo, para maquillarlo o para vestirlo de pecado o falta imperdonable.

Mercedes Castro interpreta a diecisiete personajes en solitario con una naturalidad y una verdad con las que consigue conectar de lleno con el público; cosa que, a mis ojos, no lograba Charo López. También he de decir que ésta última no es santo de mi devoción y quizá no sea del todo objetiva en el juicio.

Darío Fo tiene la virtud de ser siempre actual; de hecho no es su único texto en vigor, en la cartelera madrileña. Además de la fuerza que siempre derrocha el autor, podemos decir que tiene el don de ser un visionario y tratar un tema en este caso, trillado, repetido, recurrente y quizá manido, de un modo diferente; con inteligencia, buen gusto y total ironía.

Álvaro Lavín potencia estas últimas características, para crear un espectáculo absolutamente sencillo y puro, que es conducido por una actriz fantástica.

Sofía Basalo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Sofocos. Enero 2013.

SOFOCOS.




Teatro Nuevo Apolo.

Autora: Isabel Arranz.
Dirección: Juan Luis Iborra e Isabel Arranz.
Intérpretes: Ana Hurtado, Lolita Flores, Fabiola Toledo y Paz Padilla.


LA VIDA EMPIEZA A LOS 50.


Supongo que hoy en día con la situación que atravesamos los españolitos de a pie y las empresas de todos los ámbitos habidos y por haber, es lógico que una de éstas aborde proyectos cuyo único fin sea recaudar dinero; proyectos vendibles; proyectos sin sustancia y que llamen al público, incluso a aquél que jamás pisa un teatro pues está mejor en casita viendo “Sálvame”.

“Sofocos” es uno de estos proyectos. Una serie de monólogos más o menos fáciles, interpretados por dos personajes muy conocidos y queridos por la gente que, sobre el escenario, están custodiados por dos actrices menos conocidas y sositas, por no decir malas. Una serie de canciones, interpretadas a veces en playback. Una serie de coreografías vulgares y una imagen muy televisiva, muy mediática que afirmará una y otra vez que la menopausia es “un tiempo tan feliz…”

“Sofocos” no es más que eso. Unos chistes que Paz Padilla dice con su gracia habitual. Unas situaciones que la mayor de Los Flores aborda con soltura y del que apenas podemos salvar dos “gags”. Porque el tema está trillado, porque no nos ofrece nada nuevo y porque no hay nada sobre ese escenario que no veamos cada día en “Tele Cinco”.

La dirección no se ve, porque los dos nombres que conocemos se limitan a ser ellos mismos y los otros dos, acompañan con poca fortuna a sendos “ovarios” cantarines (sktech musical afortunado de la “sofocante” propuesta); supongo que se habrá pensado que el objetivo no precisa dirección alguna, pues el reclamo está en los nombres, en las caras, en el continente, no en el contenido… Y cualquier cosa hará que tras una hora y media, “el respetable” se levante de su butaca y ovacione a aquéllas que entonan el “50 años no es nada”.
“Sofocos” cumple el objetivo para el que fue concebido. ¿Debemos, pues, salvar de “la quema” a este incómodo síntoma menopáusico?... Dada la situación, seamos benévolos… Aprobado, pues, para esta nueva etapa vital del sexo fuerte.


Sofía Basalo.

sábado, 15 de marzo de 2014

DR FAUSTUS. (Febrero 2012)

DR FAUSTUS.





Autor:  Christopher Marlowe.
Adaptación: David Desola.
Dirección: Simon Breden.
Intérpretes: Óscar Sánchez Zafra, Bruno Ciordia, Alicia Garau, Jesús Teyssiere, Ana María Montero, Jorge Gurpegui, Daniel Moreno y Alejandro Saá.

… CON EL ALMA EN VENTA…

El texto de Christopher Marlowe nos narra la leyenda del hombre que vendió su alma al diablo para obtener todo lo que deseaba en la vida. Un hombre sabio incapaz de mantenerse indemne ante las tentaciones maléficas de Lucifer. Un mito que continúa su ciclo manteniéndose absolutamente actual porque el poder corrompe, porque el poder deja al descubierto nuestra realidad, una realidad vil, mezquina y frágil, porque la verdad que pone ante nuestros ojos ese poder es sólo una fantasía, un sueño… Una pesadilla, quizá.

Ha sido un acierto la puesta en escena de La Fundación Siglo de Oro, antes Rakatá. Un acierto por su urgencia, por su necesidad; por la situación que atraviesa una sociedad únicamente preocupada por acaparar, por enriquecerse a corto plazo, tan rápidamente como fugaz… Ha sido un acierto la puesta en escena por el modo en el que Simon Breden nos cuenta esta fábula, la vida del Dr. Faustus, una vida puesta sobre un tablero de juego, del juego más capitalista que puedan imaginar: El Monopoly. La vida se convierte en una partida de Monopoly. El tiempo son tres dados, ellos marcan nuestros pasos…  Que pasarán por la cárcel, por el banco, por la bancarrota… Y por la posibilidad de comprarnos una calle, un barrio, una urbanización… Sin olvidar los siete pecados capitales que, como escalones en descenso, calientan nuestras huellas hasta caer en brazos del Demonio, de la muerte, de la soledad y el abandono.

Son ocho los intérpretes que nos cuentan, nos dramatizan la historia de Fausto. Sólo uno será el sabio que vendió su alma. El resto dará voz a los personajes que pasarán por la vida del hombre ilustrado:  Personajes reales, personajes fantasmagóricos, malignos, ángeles, religiosos, mendigos, usureros…

En algún momento, la propuesta  resulta pesada, quizá por su tono ritual. Sin embargo la sátira y la crítica ácida de algunas escenas (sobre todo en la segunda parte) son inmejorables.

Óscar Sánchez Zafra es un perfecto Fausto. Atormentado, prepotente, fracasado, temeroso… Defiende el personaje de una manera soberbia en todo momento, así como el resto del reparto.
Sin embargo, considero que “Dr. Faustus” es una obra difícil. Una buena propuesta que a veces resulta complicado seguir.

Sofía Basalo.


jueves, 13 de marzo de 2014

Babel. (Octubre 2012)

BABEL.



BABEL

Teatro Marquina.

Autor: Andrew Bovell.
Adaptador: Pedro Costa.
Directora: Tamzin Townsend.
Intérpretes: Pedro Casablanc, Aitana Sánchez-Gijón, Jorge Bosch y Pilar Castro.

PAREJAS ENAMORADAS/MATRIMONIOS DESENAMORADOS.

No estamos ante una obra al uso. Quizá un público acostumbrado a un teatro más clásico, no acierte a enterarse del todo, a entrar en el mosaico que Babel nos ofrece. Un compuesto en el que se conjugan a un tiempo diversos espacios, diversas acciones, diversos diálogos, en un ejercicio teatral realmente complicado que está resuelto de un modo más que satisfactorio.

Dos parejas se son infieles respectivamente al mismo tiempo y en distintos lugares. El público es testigo de ambas acciones así como del posterior encuentro en el domicilio de cada uno. Se ha de estar muy atento a esta primera historia pues existen diversas ramificaciones que la unen al thriller que seguidamente dará comienzo, continuando parcialmente el formato inicial.

La dirección es verdaderamente eficaz, como suele ser habitual en Tamzin Townsend. Los intérpretes responden con solvencia a los nueve personajes a los que habrán de dar voz, alcanzando cotas de un dramatismo a veces sobrecogedor. Quizá el personaje más agradecido en este último punto sea el de Aitana Sánchez-Gijón, en la segunda parte de esta propuesta. Una psicoanalista, repleta de inseguridades, enfrentada a una paciente agresiva e intimidadora que a la postre resulta ser la amante de su marido, con quien no logra comunicarse.
Éste es el quid de esta obra, de ahí su título. No hay distintos lenguajes, diferentes idiomas en el edificio de dos plantas que conforma la escenografía de Babel. Pero sí hay una absoluta incomunicación; un absoluto cansancio en unos matrimonios que se toleran, que se aguantan, que se han acostumbrado a hacerse una compañía en soledad que a veces hace daño y les pide sentir otra cosa o simplemente sentir; hay hastío y un concepto de lealtad erróneo y egoísta… Y también hay deseo, amor, dependencia… Un cúmulo de sentimientos que nos invita a reflexionar tras la conclusión de una obra que nos deja helados.
Babel es una obra notable, novedosa, exigente tanto para el actor como para el público. El cuarteto intérprete no es del todo homogéneo, quizá los papeles femeninos sean más ricos y les ofrezcan a ellas la oportunidad de un lucimiento que en el caso masculino no llega a ser tal; sin embargo funciona y lo hace realmente bien.


Sofía Basalo.

domingo, 9 de marzo de 2014

Atlas de geografía humana. (Diciembre 2012)

ATLAS DE GEOGRAFÍA HUMANA.



ATLAS DE GEOGRAFÍA HUMANA.


Teatro María Guerrero. Sala de la Princesa.

Autora: Almudena Grandes.
Adaptación: Luis García-Araus.
Dirección: Juanfra Rodríguez.
Intérpretes: Ana Otero, Nieve de Medina, Rosa Savoini y Arantxa Aranguren.


… GEOGRAFÍAS FEMENINAS…


Los femeninos paisajes de este atlas nos muestran sus cordilleras, sus valles, sus cabos, sus ríos, afluentes, capitales, autonomías, fronteras… 

Los femeninos paisajes de este atlas pasean su cotidiana realidad a través de sesenta y cinco minutos intensos y nostálgicos… 

Los femeninos paisajes de este atlas se desnudan cuidadosamente regalándonos cuatro rostros de mujeres luchadoras, supervivientes, enérgicas, enamoradas, hastiadas, valientes, conquistadoras y a veces, perdidas en un mundo hostil y pedregoso.

La novela de Almudena Grandes, como todos sus títulos, es una gran obra tanto por su calidad como por su extensión. 

Luis García-Araus ha hecho un trabajo meticuloso y sutil, condensando el texto en una obra de teatro de poco más de una hora. Una obra de teatro en la que no falta ni sobra nada. Una obra de teatro sencilla, con cuatro actrices magníficas, apoyadas por un violinista que en algunas ocasiones cubre un casi ausente personaje masculino. 
Una obra de teatro dirigida con una mano maestra, invisible que deja una libertad absoluta y medida a las cuatro mujeres que viven y se confiesan en el pequeño escenario de esta íntima sala.

Algún medio de comunicación ha manifestado lo innecesario de unas connotaciones políticas que pueden chirriar en la voz de uno o dos personajes… Todos conocemos a Almudena Grandes

¿Podría ella crear a mujeres sin inquietudes, sin ganas de luchar, sin ganas de participar de forma activa en la vida pública? No. 

Creo que estas connotaciones políticas son algo intrínseco al carácter de estas mujeres, mujeres trabajadoras, activas que sí, que buscan un cambio, pero no un cambio que llegue de fuera y por casualidad… 

Ellas serán el mismo cambio aunque para tal fin tengan que hastiarse del agridulce sabor de la vida…


Sofía Basalo.

sábado, 8 de marzo de 2014

¿Quién teme a Virginia Woolf?. Septiembre 2012.

¿QUIÉN TEME A VIRGINIA WOOLF?


                                                               



 Teatro de La Latina.
Autor: Edward Albee.
Versión y Dirección: Daniel Veronese.
Intérpretes: Carmen Machi, Pere Arquillué, Ivan Benet y Mireia Aixalá.

LECCIÓN TEATRAL.

George y Martha se odian. George y Martha se aman. Quizá ninguno pueda estar sin el otro. Quizá ninguno sea nada sin el otro… Aunque tampoco lo son en compañía.

Se conocen perfectamente. Conocen sus debilidades, sus frustraciones, sus deseos incumplidos, las personas que quisieron ser y aquello que han llegado a ser; de tal modo que saben cómo increparse, cómo humillarse, cómo herirse… Para poco después unirse en un abrazo ahogado en alcohol.
George es un profesor de historia con un grave problema de alcoholismo. Martha es una mujer frustrada e insatisfecha.

La noche de un sábado cualquiera se reúnen con un compañero del trabajo de George y su mujer para completar una velada agradable, que acabará convirtiéndose en una auténtica pesadilla. Una pesadilla a cuatro, que sacará a la luz las emociones más profundas de cada uno.

No vi la película que a mediados de los años sesenta interpretaron Liz Taylor y Richard Burton, pero siempre he tenido la impresión de que era éste un texto con una carga emocional grandísima; un texto que exige lo máximo de aquellos que lo pongan en pie. Un reto, en definitiva, para cualquier intérprete.

El Teatro de La Latina ha abierto su temporada con la genial obra de Edward Albee, interpretado por Pere Arquillué y Carmen Machi. Dos actores que se odian, se escupen, se aman, se humillan con una verdad que sobrecoge. Personalmente, nunca he sido muy “fan” de Carmen Machi, pero he de reconocer que en esta ocasión me ha dejado impresionada. Su trabajo es más que magnífico. No vemos a Carmen Machi, vemos a esa mujer frustrada caminando a duras penas por una beoda existencia. Pere Arquillué domina el escenario y las aristas de su personaje de un modo absoluto. Ambos forman un “matrimonio” sobresaliente.

En el programa de mano leemos que este texto es el retrato de la sociedad norteamericana del momento y un análisis del engaño. De las falsas apariencias quizá, de aquello que queremos ocultar por vergüenza, por prejuicios, por hipocresía, por una moral enfermiza que asfixia nuestros sueños, nuestros pasos… Quizá una moral que nos impide soñar…

“¿Quién teme a Virginia Woolf?” es todo eso y mucho más. Una obra de teatro sobresaliente, que exige de dos grandes intérpretes. Tenemos a esos dos intérpretes y tenemos una obra de teatro soberbia.


Sofía Basalo.