domingo, 8 de marzo de 2015

Silencio... Vivimos. Diciembre de 2002.

DON JUAN TENORIO.
de José Zorrilla.

Teatro Pavón.
Asesor de verso: Vicente Fuentes.
Director: Maurizio Scaparro.
Intérpretes: Luis Merlo, Bárbara Lluch, Gabriel Garbisu y Roberto Quintana, entre otros.


LA PASIÓN DE DON JUAN.

Han sido innumerables, las ocasiones en las que "Don Juan Tenorio" ha revivido sus conquistas, relatados sus heroicas hazañas y desplegado su ironía y versos por los escenarios españoles.
Seguramente, en todas ellas se han mantenido los elementos técnicos más significativos, convirtiendo su texto, escenografía e incluso el porte de este caballero en adalid de lo que constituye nuestra cultura literaria, haciendo de él un mito indiscutible.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico ha llevado a cabo una nueva versión de la obra de José Zorrilla, realizada por el notable director italiano Maurizio Scaparro, con la que completa así su trilogía "Donjuanesca", habiendo representado "Don Giovanni" -basado en el "Burlador de Sevilla" de Tirso de Molina y que actualmente se encuentra de gira por Europa- y "Don Giovanni" de Mozart para el Teatro Massimo de Palermo.
Scaparro, ha abordado esta empresa sin conocer la obra y sin visionar previamente ninguna de las numerosas representaciones realizadas, de la misma, lo que ha supuesto a los actores una dura labor: Desaprender lo conocido, los caracteres arquetípicos de un Don Juan más afectado por un postizo clasicismo que español. Y así ha resultado la representación que ahora mismo tiene lugar en el Teatro Pavón; una obra en la que la pasión, tal y como remarcaron los artífices de la misma, en la rueda de prensa acaecida en los primeros días del mes de diciembre, se ha erigido en uno de los principales protagonistas.
PASIÓN Y VISCERALIDAD. Éstas son las características de un Don Juan envuelto en el espíritu mediterráneo que interpreta Luis Merlo. Se ha obviado, o mejor, se ha dejado en un segundo plano la escenografía e incluso un vestuario generalmente recargado, para, sin llegar al anacronismo, hacerlo de un modo sencillo y correcto. Todo ello con el fin de adentrarse en el espinoso mundo de los sentimientos.
Hemos encontrado a un Don Juan que siente, quizá demasiado, el miedo, la impotencia a veces, pasando por una remarcada ironía.
Maurizio Scaparro nos ha dejado, de este modo, bien claro su nacionalidad y condición.
Es cierto que un clásico ha de ser tratado como tal, pero considero, de igual modo que, la inexistencia del legendario sofá, no vulnera el espíritu original de este texto; al contrario, esta escena, en la que las miradas se tornan huidizas y evasivas, es la más íntima y la que con más delicadeza se ha tratado, dotándola de una riqueza de matices que casi la hace mágica.
En definitiva, creo que este Don Juan clásico o no, ha sido tratado con PASIÓN, tal vez, con una pasión desmedida, pero, al fin y al cabo, la pasión es intemporal.

Sofía Basalo.2002.