miércoles, 31 de octubre de 2012

GUILLERMITO Y LOS NIÑOS, ¡A COMER! (Abril 2012)





GUILLERMITO Y LOS NIÑOS… ¡A COMER!

Teatro Lara.

Autor: Guilleaume Galliene.
Director y adaptador: Julián Quintanilla.
Intérprete: Secun de La Rosa.

MONÓLOGO A LA FRANCESA.

No estamos ante un monólogo al uso. Su origen nos conduce a Francia, país donde en 2010 obtuvo el Premio Moliere al mejor espectáculo revelación. En él, su autor e intérprete se desnuda y nos hace partícipes de los traumas que han marcado su vida, convirtiéndolo en un ser que consigue conocerse en plena madurez.
Podría ser cierto que no estuviésemos ante un monólogo al uso… Sin bien, al ser adaptado a nuestro idioma y a nuestra cultura, ha adquirido ciertos rasgos que lo convierten en un monólogo más; podría ser cierto que en esta propuesta descubriéramos a un nuevo Secun de la Rosa con una gran capacidad para interpretar diversos papeles, sin  embargo, no descubrimos nada que no hayamos hecho ya (si es que hemos visto a Secun de la Rosa interpretando no sólo al hermano gay de “Mauricio” en la serie “Aída”); podría ser cierto que estuviésemos ante una gran obra… Pero personalmente, no creo que sea así.
Secun de la Rosa habla demasiado deprisa, a veces no vocaliza correctamente. En algunas ocasiones, sobre todo cuando imita a la abuela del protagonista, sí puede resultar muy gracioso; pero por otra parte, no considero algo extraordinario ese “ser diversos personajes”… Quizá porque el tema no me parece novedoso, quizá porque se han introducido algunas morcillas en lugares estratégicos que llevan directamente a la risa fácil, quizá porque ha añadido algún giro que no creo estuviese en el libreto original y que lo vulgariza en cierto modo.
No me resulta creíble esa historia, aunque se diga y se reitere que se trata de la biografía de Guilleaume Galliene… ¿Tal vez la adaptación la hace poco convincente. Tal vez la interpretación del actor?... No lo sé, pero admitiendo que en algunos momentos me reí con ganas, considero que “Guillermito y los niños… ¡A comer!” es un monólogo más que no nos descubre nada nuevo de quien lo interpreta.

Sofía Basalo.

jueves, 18 de octubre de 2012

VERANO (Julio 2012)


VERANO


Teatro Fernando Fernán-Gómez.
Autor: Jorge Roelas.
Director: Tamzim Townsend.
Intérpretes: Ana Marzoa, Ruth Gabriel y Lidia Navarro.

ASFIXIANTE PASADO…

“Verano” es la primera obra de teatro escrita por el polifacético actor Jorge Roelas. En ella, el nuevo dramaturgo, juega a las falsas apariencias, a los equívocos, a la mentira alimentada de silencios y a la búsqueda de una felicidad que espera paciente tras las tapas de un falso libro.
En ella, el autor ha imaginado a tres mujeres, para las que la calurosa estación del año, transcurre de una manera muy distinta, debido a un personaje masculino que está presente en todo momento a pesar de no aparecer físicamente en escena.
Este hombre ha marcado la vida de tres mujeres que poco a poco irán descubriéndose en los rostros de unas desconocidas con las que compartieron algo más que la decoración de una casa; con las que compartieron la insatisfacción de un hombre incapaz de ser feliz y de hacer felices a los seres que lo rodearon… Con las que compartirán por último, una herencia…
He de decir que el planteamiento inicial me resulta conocido. No puedo determinar por qué razón y sin embargo no lo percibo como algo novedoso. Aún así, la obra engancha, resulta interesante y atrapa al espectador deseoso de saber qué pasará y asombrado ante la reacción final de una esposa, lo suficientemente valiente como para cobrarse una deslealtad cultivada verano a verano.
Tal vez, la función resulta ágil gracias a la experta mano regidora de Tamzin Townsend; quizá la función derrocha energía gracias a la excelente labor de un trío de actrices realmente bueno. Las tres hacen de sus personajes seres entrañables, seres que muestran poco a poco, en pequeñas y efectivas dosis el interior de un espíritu dañado por la ausencia, por la falta de afecto, por un calor que ahoga, que asfixia y que las impide vivir.
Ana Marzoa, Ruth Gabriel y Lidia Navarro, son los tres perfectos ases de una obra cuyo valor reside en aquello que respira detrás de las persianas de tres ventanas… Las tres protagonistas de la vida de un hombre que jamás supo pensar en nadie más que en sí mismo…

Sofía Basalo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

VIOLINES Y TROMPETAS. (Abril 2012)



VIOLINES Y TROMPETAS.

Teatro Muñoz Seca.

Autor: Santiago Moncada.
Dirección: José Troncoso.
Intérpretes: Ivonne Reyes, Cristina Peña, Antonio Vico y Javier Tolosa.

UNA VEZ MÁS, SANTIAGO MONCADA…

Esta comedia tuvo un rotundo éxito en 1977, año de su estreno. Eran otros tiempos, había otra mentalidad, otras costumbres, otras formas. Supongo que el momento que vivimos es el idóneo para que un texto de estas características regrese y vuelva a triunfar. Supongo que las circunstancias que estamos atravesando son las aptas para disfrutar con las vivencias de tres músicos de cámara que comparten no sólo la profesión, sino también sus objetivos amorosos. Supongo que estos fines resultan logrados. El trabajo de los intérpretes, incluida la labor de Ivonne Reyes, es notable; aunque no debemos olvidar que son personajes simples, sin aristas; son personajes lineales, que no presentan complicación alguna, más allá de la de provocar la hilaridad en el espectador.
Los avatares que van sufriendo son simples, comunes y para qué negarlo, muy trillados. Las situaciones “imaginadas” por el autor son muy similares a las “creadas” para otros momentos teatrales, con lo que casi se podría decir que además de inspirarse en sí mismo, Santiago Moncada puede haber cambiado los nombres, los parentescos y las profesiones de sus personajes para escribir lo mismo una y otra vez… Pero al público, que advierte estas circunstancias, parece darle igual.
Siendo objetivos, la escenografía y vuelvo a repetir, el trabajo del elenco, es correcto. Más que eso es la labor de Antonio Vico, quien se lleva al ovación más cerrada del público. Ivonne Reyes, casi debutante en estas lides, defiende con soltura su personaje… Pero más allá hay poco. En más de una ocasión he podido charlar con Jesús Cisneros (quien alterna su trabajo en la obra con Javier Tolosa) y me ha afirmado que una compañía privada no puede aspirar a más; que una compañía privada no puede arriesgar su dinero en obras de teatro más profundas, con mensaje, o en propuestas que inviten a la reflexión a un público que quizá ante un título de estas características no llenaría el teatro. No sé si este pensamiento es el correcto, pero parece que a Descalzos Producciones esto le funciona y al fin y al cabo es lo que cuenta.
“Violines y trompetas” es una propuesta aceptable dentro de la “normalidad” que la caracteriza y no está mal… Ese no está mal, viene dado, repetimos por el trabajo interpretativo notable de cuatro actores convencidos de lo que hacen.

Sofía Basalo.

sábado, 6 de octubre de 2012

LA ESCUELA DE LA DESOBEDIENCIA. (Junio 2012)





LA ESCUELA DE LA DESOBEDIENCIA.

Teatro Bellas Artes.

Autor: Paco Becerra.
Director: Luis Luque.
Intérpretes: María Adánez, Cristina Marcos, Sofía Alegre y Rosa Miranda.

DESOBEDECER PARA VIVIR.

Nos trasladamos a  la Francia del siglo XVIII, época en la que la mujer tenía pocas opciones para realizarse como ser humano, época en la que una mujer que se preciase debía dedicarse a leer libros de santos, ser santa y hasta parecerlo, época en la que la hipocresía era la única norma válida en una sociedad en la que por ejemplo, la prima monja de nuestra protagonista (Fanchon- Adánez) osa regalarle un vibrador para consuelo de su “más que probable” soledad y aburrimiento.
Ante este panorama, Sussane (Cristina Marcos) –prima de vida disoluta de Fanchon- acude al rescate temiendo que los progenitores de ésta intenten ingresar en un convento a la inocente niña. Así, comienza a instruirla en la más que recomendable ciencia de la desobediencia, con el fin de desaprender las nocivas lecciones de moralidad que hasta el momento han “entontecido” a la joven.
Estas lecciones son impartidas de un modo magistral por una actriz sensacional que ha sabido aprovechar y de qué manera, la oportunidad de meterse de lleno en una comedia. Una comedia ácida e irónica donde ésta, Cristina Marcos, se desenvuelve de un modo genial. No se queda atrás María Adánez, si bien, la primera muestra su veteranía y quizá la riqueza de matices que no acabamos de descubrir en la segunda. Es completamente acertada la interacción con las dos intérpretes musicales que dotan al espectáculo de un sabor dinámico dentro de su clasicismo.
“La escuela de la desobediencia” es una crítica feroz, llena de inteligencia y actualidad, hacia una sociedad empeñada en encerrar en el pecaminoso silencio la sexualidad y el placer femeninos. Acentúo la actualidad, pues si bien es cierto que no es comparable la situación que vivimos en la actualidad, también lo es que hablar de sexo, mostrar las vías de placer femeninas, reivindicar el sexo por el sexo y la libertad a la hora de vivirlo, siempre que esa libertad sea conjugada en femenino, siguen siendo temas escabrosos, temas de “segunda división”… La mujer no buscará su propio placer sin ser tachada de “fresca” o “desvergonzada”, mientras que el hombre siempre será más hombre cuantas más mujeres “se pase por la piedra”… Perdonen la expresión, pero “al pan, pan y al vino, vino”… Y aún nos queda mucho por desobedecer y más aún por desaprender. Enhorabuena, pues, a todo un equipo capaz de reivindicar con alegría, humor, inteligencia y buen hacer.

Sofía Basalo.