domingo, 9 de diciembre de 2012

HABANA PASIÓN. (Julio 2012)


HABANA PASIÓN.

 Teatro Nuevo Alcalá.

Directores: Isdel Mori y Gito Maletá.
Asesor artístico: Amador Mohedano.
Intérpretes: Rosario Mohedano y Yuro Leyva, entre otros.
Cuerpo de baile: Habana Pasión Ballet.

… UN PLATO DE ENSALADILLA… CUBANA.

Lo ostentoso de este proyecto y de la familia que lo ha puesto en pie, con su nombre y su calidad mediática, aparece en el propio programa de mano de un musical que más que eso, se asemeja a una pobre ensalada de canciones, con música en directo.
Este afán pretencioso viene dado, en primer lugar, al afirmar que Rosario Mohedano es un nombre sobradamente conocido “de la escena española”. Sí, Rosario “Chayo” Mohedano es un nombre sobradamente conocido, pero no de la escena española precisamente. ¿Me equivoco? (Lo que no quiere decir que lo esté intentando, que haya grabado tres discos y que hace poco ofreciese un concierto en el Auditorio Nacional… Pero conocida, famosa, mediática, no lo es por su trabajo). Por otra parte, se asevera que pertenece a una saga de artistas… No sé, pero yo creo que en su familia, la única artista fue su tía. Los demás… más que artistas, son cuentistas, pero la artista, repito, fue su tía ¿Me equivoco? Hechas estas aclaraciones, procedo a analizar esta ensaladilla cubana, que no rusa, que se ha denominado musical cubano hecho con mucha pasión… ( perdonen la ironía)
He buceado en internet, más que nada para ver si es que mi “mala época” me impide “hilar” el argumento que se asegura existe en este espectáculo. Según parece, “Habana Pasión” “va” de una chica que se llama Belén (Rosario Mohedano). Ésta atraviesa una crisis existencial. Se separa. (suelta un monólogo que culmina con una canción de su tía). Le endosa el niño a su madre y se va a Cuba. Allí conoce a Juan (Yuro Leyva), se enamora, se casa y se “nacionaliza” cubana por amor… En fin… Hasta ahí uno se entera… Otra cosa es que esta “apasionante” historia esté bien contada, bien anexionada, con las canciones “metidas” oportunamente y no con calzador; que el estupendo Ballet haga su trabajo y éste sea creíble y obedezca a un porqué lógico y armónico… Esas cosas que sí pasan en un “Musical” bien hecho y en condiciones. Aquí no ocurre. Aquí nada tiene sentido… No hay lugar para “el actor”… claro, que La Mohedano no es actriz (si se hubiera incluido un mínimo argumento, con sus diálogos, sus personajes llenos de matices… La chica no se hubiera lucido)… Y para qué engañarnos, esto se ha organizado para lucir a la niña, que se cambia por lo menos diez veces de traje y explota el timbre de voz ya de por sí ciertamente parecido al de su tía, aunque ella y su familia, supongo, se empeñan en asemejarlo al máximo, sin darse cuenta de que es esto precisamente lo que empaña su labor, su trabajo y su discutible o no, talento.
“Habana Pasión” tendría un pase si se limitara ser lo que verdaderamente es: Un concierto. Un medio para recuperar canciones, bailes típicos cubanos… Un vehículo repleto de colorido y de buen baile, que nos invita a viajar a Cuba, con música en directo. Pero en el momento en el que se pretende hacer de eso un espectáculo de “teatro musical”… No nos queda más remedio que suspender el proyecto… Suspenderlo porque no hay mimbres, no hay libreto, no hay hilo argumental, no hay trabajo actoral… Y porque el fin último, repetimos es lanzar (de una vez) a la sobrinísima… Lanzarla a costa de “tapar” y “esconder” y “nublar” el buen hacer de un partenaire que podría comerse con patatas a “la estrella”.

Sofía Basalo.