martes, 29 de abril de 2014

Quitt. (Marzo 2012)

QUITT.


Teatro Valle-Inclán.
Autor: Peter Handke.
Traducción: Pablo Martín.
Dirección: Lluís Pasqual.
Intérpretes: Jordi Boixaderas, Andreu Benito, Jordi Bosch, Eduard Fernández, Míriam Iscla, Lluís Marco, Marta Marco y Boris Ruíz.

CAPITALISTA ABURRIMIENTO…

Podría ser interesante introducirse en las maniobras de los grandes oligarcas para controlar los mercados. Podría ser interesante descubrir cómo nos manipulan, cómo dirigen nuestros gustos, nuestras opiniones, nuestras necesidades… Digo más: No “podría ser” interesante; “Es” algo sumamente actual e interesante… Y sin embargo, todo ello, en este inmenso poema escrito por Peter Handke y estrenado en Zurich hace cuarenta años… No resulta atractivo. Aburre soberanamente.
Los discursos de los diversos personajes resultan plúmbeos y a veces “invitan” al espectador a pensar en otra cosa, cuando no a dormitar.
Los únicos momentos en los que la atención del espectador queda atrapada por la realidad puesta sobre el escenario por Lluís Pasqual son las escenas grupales en las que los intérpretes rompen la cuarta pared caminando a través del patio de butacas. En esos instantes el texto parece aligerarse para abrirse a un diálogo ágil e irónico.
Sin embargo, esa agilidad desaparece. La ironía se diluye en un clima áspero y monótono… Y la intención que el director catalán subraya en el programa de mano resulta ser papel mojado… Palabras vacías que emiten unas voces magníficas (Jordi Boixaderas, Marta Marco), en unas interpretaciones notables (Lluís Marco, Boris Ruíz, Jordi Bosch…)… Encerradas todas ellas en un marco gris, demasiado amplio, demasiado ostentoso… Y demasiado lleno de Nada…
Quizá ésa es la impresión que se quiera dar. Personas que dirigen el mundo, que rigen los destinos ajenos de una forma arbitraria. Personas sin corazón, capaces de matarse a sí mismas por lograr tener más… Personas que viven rodeadas de dinero y sin nada… Sin nadie… Absolutamente solas, en medio de un universo vacío… Como ellos.
Quizá ésa ha sido la intención del director y del autor del texto… Trasladar al espectador la nada que planea a nuestro lado, un universo capitalista e inhumano que nos está aniquilando poco a poco… Sin embargo, esa idea nos la han trasladado muy mal… Porque en lugar de sobrecogernos, preocuparnos, agobiarnos, incluso… Nos aburren… Y eso siempre es un triste fracaso.

Sofía Basalo.


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