ESTA NOCHE NO
ESTOY PARA NADIE.
Teatro
Auditorio Federico García Lorca de Getafe.
Autor y
director: Juan Carlos Rubio.
Intérpretes:
Kiti Mánver, Gisela, David Ordinas y Bruno Squarcia.
Letra: Isabel
Montero.
Música: Raúl
Gama.
NOTABLE
PASATIEMPO.
Después de
más de diez años, Juan Carlos Rubio reestrena su primer texto. Una divertida
comedia de enredo, aderezada con unas gotas musicales que llevan envueltas
ingeniosas letras. “Esta noche no estoy para nadie” nos cuenta la complicada
relación que existe entre una madre (Kiti Mánver) que acaba de separarse de su
segundo o tercer marido y una hija (Gisela) que vive su primer desengaño
amoroso. Ambas acaban de “estrenar” la recién aprobada ley de divorcio, pues
hemos de decir que esa noche en la que la primera “no está para nadie”
transcurre en 1981; una década en la que se comenzaba a vivir la libertad, la
independencia, la desenfrenada alegría… siempre bajo la brillante protección de
“la laca”.
La noche de
autos, la confusión y el desenfreno se darán cita en el apartamento de la
joven. El exmarido y padrastro de ésta “se invitará” a la casa dispuesto a
seducirla. Bruno Squarcia da vida a este desfasado personaje, un poco fantasma
que cree ser muy moderno porque lleva al hombro un teléfono móvil… (de los que comenzaban
a cambiar las costumbres de los más modernos en aquellos tiempos – es decir, de
los que pesaban un quintal-). Poco después hará su aparición el cuarto en
discordia, el marido gay al que da vida David Ordinas. Éste junto a Kiti Mánver
protagonizan uno de los números más hilarantes de este musical de pequeño
formato que nos regala un directo íntegro, con unos guiños continuos “al vecino
que toca el piano” y vive tras la estantería que cobija los objetos de valor de
la pareja de mujeres que se pelean, se dicen las verdades y se quieren con
locura en una noche inusitadamente intensa.
La dirección
es impecable y los actores se mueven con una complicidad absoluta. La risa, la
ironía, el sarcasmo y un poquito de drama, están garantizados en una propuesta
enormemente sencilla, casi intrascendente, que se mueve de una agilidad
asombrosa entre la nostalgia y la hilaridad… Aunque a decir verdad, todos
salimos con ganas de bailar en una noche en la que estamos para todos.
Sofía Basalo.
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