WILT. EL CRIMEN DE LA MUÑECA HINCHABLE.
Teatro Bellas
Artes.
Autor: Tom
Sharpe.
Adaptación y
dirección: Garbi Losada.
Intérpretes:
Fernando Guillén Cuervo, Ana Milán, Ángel de Andrés, Koldo Losada y Aitziber
Garmendia.
DE LA NOVELA,
AL TEATRO… UN RETO NO SUPERADO.
La novela del
británico Tom Sharpe ha vendido más de diez millones de ejemplares en todo el
mundo. A todos nos suena, reconozcámoslo. Personalmente recuerdo a este
personaje de mis adolescentes clases de literatura en un colegio privado
concertado cerca de casa. Recuerdo este personaje como un hombre fracasado,
intentando superarse a cada instante, a cada grito de una mujer que consigue
hundirlo en una autoestima endeble y extremadamente frágil. Se puede extraer de
la delirante historia de este señor llamado Wilt, diversas críticas. A la
familia, a la sociedad, a la escala de valores de la misma sociedad, al sistema
policial… Quizá sí, pero es tan
surrealista esta historia, su planteamiento, su desenlace, su transcurso… que
personalmente, no salgo del teatro o no cierro el libro con la sensación de
haber presenciado algo crítico, algo más o menos serio, algo que me haga
reflexionar.
Esta historia
es una comedia sin más y así lo han entendido su adaptador, director y elenco
interpretativo, que han elaborado una especie de cómic, donde se funden en un collage
las proyecciones audiovisuales y la realidad teatral. A mi parecer, esto no
favorece a la propuesta. No le da homogeneidad, más bien al contrario. El
cambio de planos me produce una sensación extraña, una sensación que me aleja
de un hecho teatral que no me parece tal. Quizá sea porque los protagonistas
son actores que he visto sobretodo en series de televisión y no me ofrecen nada
nuevo, ningún matiz que me aparte del estereotipo que sus personajes han hecho
de sí mismos o a la inversa, ellos se han dejado poseer por ciertos caracteres
que han explotado en… Esta propuesta, por ejemplo.
“Wilt. El
crimen de la mujer hinchable” es uno de los títulos más flojos y menos
atractivos que he visto últimamente, en la cartelera madrileña. Los intérpretes
se limitan a hacer de este título una comedia mediocre. No sé si el error está
en ellos o en el planteamiento de un director que ha seguido a pie juntillas la
letra de una novela, con el riesgo que ello conlleva. En mi opinión, el reto no
se ha cumplido. Lo siento.
Sofía Basalo.