lunes, 23 de marzo de 2009

DON QUIJOTE CONTRA EL ÁNGEL AZUL (Agosto 2008)


Patio Central Conde Duque.

Creación y dirección escénica: Jerome Savary.
Dirección musical: Roland Romanelli.
Intérpretes: Jerome Savary, Joan Crosas, Marta Ribera y Frédéric Longbois, entre otros.


UNA NUEVA AVENTURA PARA UN PECULIAR DON QUIJOTE.


En una actualidad en la que el playback, la decadencia y las “yanquiladas” como las denomina Jerome Savary, (con quien me hubiese encantado charlar de no ser por los “gigantes” contra los que el Quijote que todos llevamos dentro, hemos de luchar de vez en cuando y que en mi caso son identificados como “intermediarios” o “responsables de prensa” altamente incompetentes) han tomado la delantera, desplazando una forma de entender la vida, el espectáculo y su concepción creativa, es bueno, recomendable e incluso saludable volver la vista hacia atrás, armarse de autenticidad, aunque esta palabra y su significado no estén de moda, y arriesgarse y hacer travesuras para inventar un nuevo entuerto por desfacer, para extraer de él una revivida esperanza y la realidad de un sueño olvidado entre las páginas gastadas de un libro, por ejemplo, del libro más conocido y también menos leído.
Jerome Savary ha añadido un moderno capítulo al clásico cervantino; un capítulo que transcurre en la actualidad y en el que el Caballero de la Triste Figura (Joan Crosas) viaja a París para luchar contra un gigante rubio y disoluto (Marta Ribera) del que acabará enamorándose. A este eje argumental se adhieren anécdotas, improvisaciones, números musicales, gags, comentarios... elaborados con absoluto dominio por unos intérpretes que cantan, bailan, tocan y todo lo hacen bien.
El director francés es un maestro de ceremonias inmenso y el sentido del humor, la ironía e incluso la ternura con las que los distintos “actos” están dibujados son irresistibles. Savary se ríe de la actualidad social, política, artística... y diría que incluso llega a reírse de sí mismo y de la sorprendente poca afluencia de público... un público normalmente receptivo a todo aquello que lleva el sello de “Veranos de la Villa”... tal vez, el Patio Central Conde Duque no haya sido el recinto idóneo para este espectáculo. Demasiado amplio, demasiado lejano, demasiado frío. Quizá en una sala más recogida, donde el escenario y el patio de butacas o grada estuvieran más próximos, más cercanos, donde los intérpretes pudieran interactuar con el público, sin duda, esta travesura se viviría de una forma mucho más intensa y compacta.
“Don Quijote contra el ángel azul” se estrenaba en enero en el Teatro de París, donde permaneció hasta el mes de abril. Para la gira por España, La Boîte aux Rêves, la compañía de Savary, ha llevado a cabo una ardua labor de traducción y aprendizaje del texto en español, del que ha salido especialmente airoso Frederic Longbois, un Sancho Panza ágil, divertido, vivaz y como el resto de los intérpretes, extraordinariamente polifacético. Joan Crosas, Don Quijote desde el comienzo de esta aventura, está más que perfecto en la piel del ingenioso y peculiar hidalgo de Savary; se encuentra totalmente cómodo a lo largo de los numerosos estados de ánimo por los que transita el personaje así como en las variopintas situaciones en las que se ve envuelto, sin embargo, es inevitable echar de menos la música en algunos de sus parlamentos... no hubiera estado mal, nada mal, que Savary le hubiera dedicado algún número musical más a este gran actor y no menos grande como cantante. La última en unirse a la trouppe ha sido la reciente y justamente galardonada con el Premio a la mejor actriz de Teatro Musical, Marta Ribera, seductora, sensual y totalmente integrada en el sobresaliente colectivo que ha logrado reunir el fundador del legendario Magic Circus.

Sofía Basalo.


miércoles, 18 de marzo de 2009

LA SEÑORITA JULIA (Marzo 2008)


Teatro Auditorio Federico García Lorca de Getafe.
Desde el 14 de marzo, en el Teatro Fernán Gómez.


Autor: August Strindberg.
Dirección: Miguel Narros.
Intérpretes: María Adánez, Raúl Prieto y Chusa Barbero.

INOLVIDABLE NOCHE DE SAN JUAN...

Nos encontramos ante uno de los textos imprescindibles del teatro y una de las mejores creaciones de August Strindberg.
Su protagonista, La Señorita Julia, es también uno de los papeles femeninos más complejos y apasionantes de la dramaturgia universal, un reto y una meta para grandes actrices que han podido vivir a través de la piel de una mujer contradictoria, apasionada y símbolo de una lucha que aún continúa viva en muchos frentes.
Miguel Narros ha sido el encargado de recuperar este texto, de hacer de él una puesta en escena de una fuerza enorme aunque de ritmo desigual. Su valor máximo lo alcanza en “el combate” sexual y social de los dos protagonistas, aunque pierde esa tensión al comienzo y al final de la obra. Al comienzo porque avanza lentamente, porque se pierde en el esbozo de lo que será más adelante, con lo que estimo que esas pinceladas deberían ser más breves para dar relevancia a lo que realmente la tiene. Al final porque resulta demasiado largo, demasiado denso, su transcurso está trazado a cámara lenta. La Señorita Julia (María Adánez) no se acaba de ir nunca, el espectador de forma inconsciente empuja a ambos personajes para que tomen una determinación rápida y tajante.
Obviando estas dos notas, centrándonos en la lucha sexual y social que emprenden los dos personajes, podemos afirmar que estamos ante una gran obra de teatro y ante dos estupendas interpretaciones. Ante uno de los mejores trabajos de María Adánez y ante el siempre eficaz Raúl Prieto. La atracción sexual de ambos personajes se enreda con violencia y ferocidad a los recelos sociales que anidan en sus pasados; la lucha dialéctica repleta de reproches, de miedos, de honor mancillado y vergüenza sobrevenida se funde en una lucha física voraz que acaba con la Señorita, con la mujer atrapada en la voz autoritaria e intransigente del General, con la mujer abrazada a una inocencia incapaz de recordar que tras la noche de San Juan llegará un nuevo día repleto de miradas, de voces acusadoras e injuriosas...
Esa noche mágica se han vulnerado las normas. La frontera invisible e impenetrable ha sido cruzada por la pasión, por el deseo... después nada podrá ser igual. Las vidas de ambos jamás podrán ser iguales... por mejor decir, la vida de La Señorita Julia no podrá ser igual, no será, quizá... La mujer por muy “Señorita” que sea, siempre resultará ser la gran perjudicada por un error común que le será imputado únicamente a ella...

Sofía Basalo.




sábado, 14 de marzo de 2009

CANTANDO BAJO LAS BALAS (OCTUBRE 2007)



Teatro José Monleón de Leganés. (Festival Internacional Madrid Sur)

Autor: Antonio Álamo.
Director: Álvaro Lavín.
Intérpretes: Adolfo Fernández y Mariano Marín.

MISERIAS DE ENTRE LOS MUERTOS...

El 12 de octubre de 1936, en el paraninfo de la universidad de Salamanca, tuvo lugar uno de los primeros actos públicos de aquellos que traicionando a la segunda república se autoproclamaron salvadores de la patria. Allí estuvieron presentes Miguel de Unamuno, Millán Astray, Carmen Polo, numerosos obispos, falangistas y otras fuerzas que hicieron posible la sublevación fascista. Hasta nuestros días han llegado las solemnes palabras del intelectual y rector universitario (venceréis pero no convenceréis) y los fanáticos gritos del fundador de la legión (¡Viva la muerte!), acentuados por su desprecio, demasiado patente por otro lado, hacia la inteligencia.
Esta efemérides constituye el punto de partida de “Cantando bajo las balas”; un texto narrativo, con el que Antonio Álamo consigue hacer del lisiado general un pobre hombre que arrastra a duras penas sus miserias; un esperpento, una caricatura mal hecha de un “héroe” que canta mal, pero canta; que cuenta con dudoso orgullo las veces que ha visto el rostro de una muerte que también lo ha despreciado; un ser cuya humanidad al descubierto acentúa la indignidad de una biografía marcada por un patriotismo enfermizo, excluyente y deleznable. El Millán Astray que ha retratado Antonio Álamo y que por ende interpreta Adolfo Fernández es, como bien escribe su autor, un alma herida, un ángel sin alas, un volcán repleto de palabras atroces, un amante de la muerte y los actos injustificadamente violentos, un personaje incómodo, patito feo entre los feos y oveja negra entre el ganado más ennegrecido...
Millán Astray habla en presente, pues en su regreso, en su delirio de glorias, hazañas y grandezas todo sucede en este mismo instante... Un instante eterno en el que el ruido de los bombardeos le recuerda el glorioso alzamiento nacional acaecido tan sólo hace tres meses... en el que un batiburrillo de canciones legionarias y populares amenizan el insultante y pretendidamente hiriente guión del monigote maltrecho que conserva aún la crueldad irónica y chulesca del que sabe que más tarde o más temprano “pasará”...
Adolfo Fernández interpreta al macabro general. Hubiera sido verdaderamente fácil hacer de él una caricatura sin más. Un pretexto para la burla, pero no ha sido así. Los adjetivos surgen de esa invitación a “ver más allá del chiste” y es que, ese más allá es aún más oscuro que la gris superficie en la que se escribe su historia.
La fluidez del texto y el genial trabajo de Adolfo Fernández nos conducen a través de los recovecos mentales del protagonista en una ceremonia teatral cuidada hasta el último detalle.
La puesta en escena es magnífica, la iluminación y el sonido nos introducen en ese paréntesis temporal en el que todo es posible; hasta que desde lo más alto puedan surgir aquellos que hace setenta y un años fueron testigos de uno de los debates más tensos de nuestra historia y desde todos los rincones se escuchen de nuevo las palabras del ambiguo catedrático “Venceréis pero no convenceréis”. Todo en esta propuesta está pensado para mostrarnos un tiempo y una realidad histórica. Todo en esta propuesta está elaborado con sumo cuidado, con sumo respeto y rigor. Todo en esta propuesta es acertado. Su intención, su capacidad para convencer y su inteligencia comprometidamente viva.

Sofía Basalo.

lunes, 9 de marzo de 2009

PICASSO 1937. HISTORIA DEL GUERNIKA. (Noviembre 2006)



Teatro Auditorio Federico García Lorca, de Getafe.

Autor y Director: Carlos Panera.
Textos de Federico García Lorca, Antonio Machado, César Vallejo, Miguel Hernández, Picasso y Balzac.
Intérpretes: Compañía Maskarada: Iñaki Urrutia, Gorka Mínguez, Alfonso Díez, Susana Castro, Lalo Cortés, José María Pertusa e Imanol Rodríguez.
Guitarra: Juan Pérez Mena.
Voz: Carlos Panera.


DOCUMENTO TEATRAL.


Se han cumplido 125 años del nacimiento del pintor malagueño y 25 del regreso a España del gran testimonio pictórico de la barbarie, del horror y la injusticia. Por este motivo, la compañía de teatro Maskarada, ha estrenado en nuestro país un montaje con un alto valor documental que ha obtenido un rotundo éxito en Norteamérica.
El comienzo de “Picasso 1937. Historia del Guernika” nos sitúa ante los hechos que han de venir. El exilio, el hambre, la lucha. Los rostros de numerosos seres anónimos nos miran desde el ayer, desde unas proyecciones que nos hablan, que nos quieren contar su historia.
Corre el año 1936, el verano de 1936. La guerra se declara en España; mientras tanto, en París, se siguen con inquietud estos hechos. Representantes del gobierno legítimo de la república, tratan de denunciar la pasividad del mundo ante el genocidio. Con motivo de la gran Exposición Universal que se prepara en la capital francesa, para julio de 1937, se le encargará a Picasso una obra, que habrá de ocupar, en el pabellón español, un lugar privilegiado, de grandes dimensiones.
El artista español busca su inspiración, su motivo, la sensibilidad exacta y viva, en su propio dolor, que es el dolor de todos, y que alcanza su grado máximo, en el bombardeo de la localidad vasca.
Este suceso marcará un antes y un después en su obra.
El Guernika iniciará, así, su vocación de denuncia, de grito ahogado por la muerte. Su vocación viajera y generosa...
El valor documental de este montaje es considerable. La selección de los textos, las ilustraciones que los acompañan, el tempo narrativo es extremadamente cuidadoso.
El inicio de la guerra, el asedio de los sublevados, la resistencia de Madrid, el asesinato de Federico García Lorca, el valor de los intelectuales al frente de la defensa republicana, la lucha, para la libertad, de Miguel Hernández, el bombardeo de Guernika... finalmente la exposición y los distintos rostros del mural viajero...
En medio de estos hechos, encontramos el aspecto puramente teatral de este montaje. El punto, quizá, más débil del mismo.
La interpretación es floja, carente de veracidad. Los actores dicen sus frases de una forma mecánica... muy bien aprendidas y muy mal aprehendidas...
No dejamos de ver a unas personas que dicen las frases de otras personas... a unas personas que intentan sentir lo que otras sintieron una vez... sin resultado.
Sólo cuando el actor se quita la máscara, cuando es capaz de contarle al espectador lo que sus ojos han llegado a ver en la obra de arte más viajera; sólo cuando descubrimos el poder del amor para detener el curso de una vida, en una fecha y un aroma, logramos extraer de esta interesante propuesta, la intensidad que requería...
Lástima que esa fuerza aparezca, únicamente, en su final... sin duda, la intención merecía mucho más.

Sofía Basalo.

sábado, 7 de marzo de 2009

EL GUÍA DEL HERMITAGE (Febrero 2008)



Teatro Bellas Artes.

Autor: Herbert Morote.
Director: Jorge Eines.
Intérpretes: Federico Luppi, Manuel Callau y Ana Labordeta.

EL PRIVILEGIO DE LOS SUEÑOS.

Federico Luppi estima que soñar no es un privilegio de unos cuantos, que todos tenemos esa facultad, que todos podemos soñar, imaginar la realidad en su auténtica dimensión... Quizá el privilegio sea la fortaleza para vivir por esa realidad soñada que no es más que una realidad en potencia... Pavel, el guía del Hermitage, ve cuadros en donde sólo hay paredes desoladamente desnudas. Pavel ve y habla para unos seres anónimos que varias veces al día acuden al museo más grande del mundo para disfrutar de los colores y de las formas de unos cuadros que, gracias a las palabras del anciano guía, son una realidad más fuerte aún que la misma cotidianidad en la que transcurren nuestras vidas... pero además, este viejo soñador nos invita a soñar, nos invita a descubrir el valor de los sueños, el valor de la imaginación y la fantasía... el valor de sobrevivir con dignidad aún en las circunstancias más tristes y lamentables... nos invita a reconocer la fuerza de los sueños más poderosos que el arma más ruidosa... nos invita a reconocer su valor de construcción en un mundo que se afana en destruir.
En “El guía del Hermitage” encontramos a tres vencedores dentro de un oasis al que rodea un mar de muerte... Tres personas que intentan reconstruir la vida en medio de las ruinas; rescatar la luz, rescatándose a sí mismos...
He leído y he escuchado que el texto de Herbert Morote no tiene un gran valor. Que no deja de ser un texto previsible y con poca consistencia... Que partiendo de una buena historia, se queda ahí, no avanza e incluso introduce un tercer personaje que rompe en cierto sentido la acción, introduciendo datos innecesarios. En esto último puedo estar de acuerdo y lo primero... puede ser... aunque quizá me he dejado llevar por los sueños de ese hermoso personaje... quizá me he dejado llevar por las palabras descriptivas de unos cuadros que incluso llegué a ver antes de que unas gráficas proyecciones revelasen su identidad... quizá me he dejado llevar por dos actores magníficos que llenan el escenario haciendo magia con las palabras, con las emociones, con la posibilidad de lo imposible... quizá me he dejado llevar por los valores que subyacen en este texto, en esta aventura teatral para mí verdaderamente hermosa... y para qué negarlo, tras leer lo que he leído y escuchar lo que he escuchado... me sigo dejando llevar por este guía, quizá porque me resulta gratificante soportar mis sueños y los sueños que me invitan a soñar... y porque cada vez que la realidad me ahoga... recuerdo el final de esta obra; el momento en el que Igor (Manuel Callau) sueña con innumerables espectadores dispuestos a ver unos cuadros que no existen y las luces del patio de butacas se encienden y los ve... son reales en la realidad presente de un teatro repleto de ojos expectantes y, por una vez, prestos a imaginar... Todo puede ser... para quien comete la osadía de soñar.

Sofía Basalo.









martes, 3 de marzo de 2009

COMO TE MUERAS... TE MATO. (Mayo 2008)



Teatro de La Latina.

Autor y director: Rafael Pence.
Intérpretes: Belinda Washington, Maribel Ripoll, Pedro García Mazo, Vicente Colomar, Celine Tyll, Joshean Maouleón e Isaac Vidjraou.

... UNA RESOLUCIÓN PREVISIBLE.

Tras una extensa gira y con algunos cambios en el reparto, llega a Madrid la nueva obra de Rafael Pence inspirada en la novela “10 negritos” de Ágata Christie. Un muerto que ejerce el sano deporte del cinismo y la ironía más allá de la vida, congrega a todos sus posibles herederos en la lectura de su testamento. Sus hermanos, cuñada, sobrino, amante y mayordomo acuden sin pensárselo dos veces a la emocionante cita, sin saber que ese documento oficial atesora la última y definitiva jugada del finado. Las miserias, secretos, frustraciones y debilidades de unos personajes dibujados al límite irán quedando al descubierto en el transcurso de una obra en la que la risa resta protagonismo al suspense. Es obvio que el público y los mismos personajes se preguntan quién será el heredero universal de “Pedro” el hombre que un día a la semana come Pizza con Juan (Isaac Vidjrakou), pero a medida que van llegando a la mansión cada uno de los aspirantes, las características de estos, los rasgos de los que el autor les ha hecho dueños, provoca que el asombro, la incredulidad y la exageración con la que los mismos se nos transmiten, sustituyan las ganas de saber si hemos acertado o no con “nuestras” pesquisas. Pesquisas, por otro lado, muy simples. Descubrimos pronto, demasiado pronto quizá, quién va a sustituir a Bartolomé, el fiel perro del tío fallecido. Es, pues, previsible el final. Igualmente previsibles son las circunstancias de alguno de los posibles herederos, con lo que a la inspiración inicial del autor le falta fuerza o sabiduría. La resolución no es ninguna vuelta de tuerca como solían ser los finales de Ágata Christie, con lo que la dosis de suspense que Rafael Pence ha incluido en esta novela es medianita. Otra cosa es que el autor pretenda reflejar la ambición desmedida del ser humano y “lo buitre” que puede llegar ser... aspecto al que no le falta realidad... una realidad mermada por unos personajes ciertamente caricaturizados. Sin duda creo que ésta ha sido la intención del autor y bajo esta premisa la cosa no le ha salido mal. La escenografía es totalmente costumbrista y un tanto cutre; me explico, La librería que está situada a la izquierda del espectador no tiene libros, los lomos que vemos son coloreados y se nota, se nota mucho... tanto como que las figuritas de adorno y demás enseres de la estantería que está ubicada a la derecha del espectador son reales. No queda bien, creo yo... ¿no? O todo es mentira o todo es real... y si es mentira, hagámoslo un poquito mejor... digo yo...
En fin, “Como te mueras... te mato” es un divertimento más... mejor de lo que esperaba, todo hay que decirlo. Aunque olvídense de la intriga porque en cuanto llaman tres veces a la puerta... el final está más que claro.

Sofía Basalo.