lunes, 8 de diciembre de 2008

LA TORTUGA DE DARWIN (Enero 2008)




Preestreno en el Teatro Auditorio Padre Soler de Leganés (25 de enero)
Desde el 6 de febrero en el Teatro Abadía.



Autor: Juan Mayorga.
Director: Ernesto Caballero.
Intérpretes: Carmen Machi, Vicente Díez, Juan Carlos Talavera y Susana Hernández.


EL VUELO DE LA TORTUGA.

Un historiador recibe la insólita visita de una señora que se identifica como Harriet Robinson, la tortuga que Darwin trajo de las Islas Galápagos. La criatura más anciana del mundo. Un ser que optó por salir del regazo de Charles Darwin y conocer el mundo sobre el que se deslizaba lenta y segura. Un ser privilegiado que ha tenido la oportunidad de sobrevivir a grandes hitos históricos: dos guerras mundiales, la revolución rusa, la Perestroika, la revolución industrial, el bombardeo de Guernika... Un ser cuya experiencia le ha dado la sabiduría suficiente para no tener esperanza alguna en un ser humano que avanza levantando muros que cree derribar. Un ser que emitió su primera palabra gracias al horror. Un ser que se irguió para no morir bajo el eco sordo de una bomba... Un ser que guarda en su memoria y en sus ojos las huellas anónimas de la historia; los nombres que no figuran en ninguna enciclopedia; aquello que es despreciado por los eruditos, aquello que hemos de recordar una y otra vez y que empecinadamente olvidamos porque nos parece horroroso, porque nos parece inane, porque nos es más fácil centrarnos en un dato objetivo... cuando la historia es un inmenso conjunto de subjetividades... Harriet será la víctima propicia de la ambición científica y del afán de notoriedad y enriquecimiento. Harriet será la víctima propicia de una cultura involucionista que nos ha empobrecido humanamente. Harriet nos mostrará del modo más inocente que aquello que nos espanta, que aquello que condenamos, que aquello que señalamos, que aquello que penalizamos no es más que el fruto indiscutible de una adaptación natural... el fruto de nuestra humanidad enferma, de nuestra supervivencia...El reciente Premio Nacional de Teatro, Juan Mayorga, nos ofrece una intensa lección ética que nos llega envuelta en una sugerente y seria puesta en escena magníficamente interpretada. Carmen Machi, por fin lejos de la ya cansina “Aída” es Harriet, la humana tortuga, más humana aún que sus interesados y falsos interlocutores... quizá la acompañe una voz característica y falta de matices... pero en fin, nadie tiene la culpa... aunque sí se puede y debe trabajar con y en ella... es una opinión... El resto del reparto está perfectamente a la altura de un texto interesante y rico que es completado por una escenografía muy sugerente. El fondo de todos los espacios en los que Harriet es “utilizada” es siempre un paisaje que nos puede evocar la isla añorada por la anciana viajera, la isla a la que quiere volver, la isla donde quiere morir... una isla invadida por los motores, erróneos motores de una historia que ha avanzado a trompicones, letales trompicones que han manchado un siglo salvaje... Es emocionante el momento en el que Harriet rompe su propio muro, es emocionante el instante en el que Harriet contempla el otro lado desde la aparente libertad... Es emocionante el momento en el que insinúa que si con el muro de Berlín existían dos mundos: el libre y el oprimido, ahora sin el muro sólo existe uno, el oprimido... Es emocionante descubrir con Harriet que estamos una vez más en el punto de partida... Es emocionante descubrir con Harriet que quizá el rostro de esta sociedad a la que apenas osamos mirar por su horror... no sea más que nuestro propio rostro.

Sofía Basalo.

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