lunes, 9 de marzo de 2009

PICASSO 1937. HISTORIA DEL GUERNIKA. (Noviembre 2006)



Teatro Auditorio Federico García Lorca, de Getafe.

Autor y Director: Carlos Panera.
Textos de Federico García Lorca, Antonio Machado, César Vallejo, Miguel Hernández, Picasso y Balzac.
Intérpretes: Compañía Maskarada: Iñaki Urrutia, Gorka Mínguez, Alfonso Díez, Susana Castro, Lalo Cortés, José María Pertusa e Imanol Rodríguez.
Guitarra: Juan Pérez Mena.
Voz: Carlos Panera.


DOCUMENTO TEATRAL.


Se han cumplido 125 años del nacimiento del pintor malagueño y 25 del regreso a España del gran testimonio pictórico de la barbarie, del horror y la injusticia. Por este motivo, la compañía de teatro Maskarada, ha estrenado en nuestro país un montaje con un alto valor documental que ha obtenido un rotundo éxito en Norteamérica.
El comienzo de “Picasso 1937. Historia del Guernika” nos sitúa ante los hechos que han de venir. El exilio, el hambre, la lucha. Los rostros de numerosos seres anónimos nos miran desde el ayer, desde unas proyecciones que nos hablan, que nos quieren contar su historia.
Corre el año 1936, el verano de 1936. La guerra se declara en España; mientras tanto, en París, se siguen con inquietud estos hechos. Representantes del gobierno legítimo de la república, tratan de denunciar la pasividad del mundo ante el genocidio. Con motivo de la gran Exposición Universal que se prepara en la capital francesa, para julio de 1937, se le encargará a Picasso una obra, que habrá de ocupar, en el pabellón español, un lugar privilegiado, de grandes dimensiones.
El artista español busca su inspiración, su motivo, la sensibilidad exacta y viva, en su propio dolor, que es el dolor de todos, y que alcanza su grado máximo, en el bombardeo de la localidad vasca.
Este suceso marcará un antes y un después en su obra.
El Guernika iniciará, así, su vocación de denuncia, de grito ahogado por la muerte. Su vocación viajera y generosa...
El valor documental de este montaje es considerable. La selección de los textos, las ilustraciones que los acompañan, el tempo narrativo es extremadamente cuidadoso.
El inicio de la guerra, el asedio de los sublevados, la resistencia de Madrid, el asesinato de Federico García Lorca, el valor de los intelectuales al frente de la defensa republicana, la lucha, para la libertad, de Miguel Hernández, el bombardeo de Guernika... finalmente la exposición y los distintos rostros del mural viajero...
En medio de estos hechos, encontramos el aspecto puramente teatral de este montaje. El punto, quizá, más débil del mismo.
La interpretación es floja, carente de veracidad. Los actores dicen sus frases de una forma mecánica... muy bien aprendidas y muy mal aprehendidas...
No dejamos de ver a unas personas que dicen las frases de otras personas... a unas personas que intentan sentir lo que otras sintieron una vez... sin resultado.
Sólo cuando el actor se quita la máscara, cuando es capaz de contarle al espectador lo que sus ojos han llegado a ver en la obra de arte más viajera; sólo cuando descubrimos el poder del amor para detener el curso de una vida, en una fecha y un aroma, logramos extraer de esta interesante propuesta, la intensidad que requería...
Lástima que esa fuerza aparezca, únicamente, en su final... sin duda, la intención merecía mucho más.

Sofía Basalo.

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