sábado, 24 de septiembre de 2011

CAMAS Y MESAS. (Julio 2011)


CAMAS Y MESAS.

Teatro Arenal.

Autor: Emilio Williams.

Directora: Isabel Pintor.

Intérpretes: Isabel Pintor, Juan Antonio Molina, Xavier Olza y Carlos Pontini.

LOS VARIADOS ROSTROS DEL AMOR...

El amor en todas sus formas y en todos sus estados. La amistad, el romanticismo, el instinto, la sublimación... El sexo, la comunicación, la complicidad... La infidelidad, la lealtad, la intimidad, el respeto...

... Y el perdón que envuelve todos los rostros de este sentimiento. La capacidad de perdonar, de valorar la relación que hasta ese momento unía a dos personas imperfectas, a dos seres que, como todos, cometen errores, son imprudentes, se dejan llevar por sus instintos y piensan después... cuando lo hecho, hecho está... cuando nada alcanza a borrar aquello que pudo o no, menoscabar la complicidad, el afecto, o el cariño... si es que algo puede menoscabar esos sentimientos...

El amor entre las camas y las mesas. El amor entre la pasión y la palabra. El amor en continuo desequilibrio. El amor capaz de caminar entre un campo de batalla minado por la rutina, la costumbre y un nocivo silencio. El amor capaz de lograr su plenitud en el idílico paisaje que dibuja una amistad... Una amistad incondicional... No sé si será necesario precisar que en el texto de Emilio Williams, ese hombre es homosexual... No sé si será necesario dudar de la hipotética amistad entre un hombre y una mujer cuando ambos son heterosexuales... Pero no es el caso que nos ocupa.

Esta obra que ha dado el salto de las salas alternativas al escenario comercial del Teatro Arenal, presenta a dos parejas. Una homosexual y otra heterosexual. Entre ellas camina el amor en todas su formas. Camina el día a día, los baches, los dilemas, las incertidumbres, el pasado y sus cenizas... Y un final tristemente feliz que apuesta por el amor incondicional de una amistad, por el amor capaz de acomodarse entre las imperfecciones que nos hacen humanamente perfectos, por el amor capaz de sentarse en el recodo del camino de la vida y después de un rato ponerse en pie y reanudar la marcha joven, dinámico y esperanzado. El amor en definitiva. Pero hasta ese momento, estos cuatro jóvenes se conocerán, se odiarán incluso, dejarán de creer en sí mismos, superarán sus crisis personales y de pareja, y seguirán viviendo.

El valor de “Camas y mesas” es un texto absolutamente humano, real, sencillo e inteligente a un tiempo. Un texto cuidado al máximo por un equipo de profesionales que han apostado por ello. Isabel Pintor ha realizado una labor de dirección extremadamente pulcra. Una labor acentuada por su reciente incorporación al reparto, completando de este modo, un cuarteto realmente notable.

Se ha dicho de este título que ha sido la obra sorpresa teatral del último año. Apostemos pues por las sorpresas tan positivas como ésta. Apostemos por el ser humano, capaz de amar... O de al menos, dejarse parte de la vida en el intento.

Sofía Basalo.

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