domingo, 6 de febrero de 2011

PEGADOS (Mayo 2010)


PEGADOS.

Teatro Arenal.

Intérpretes: Ferrán González, Alicia Serrat y Gemma Martínez.
Músico: Joan Miquel Pérez.
Director: Víctor Conde.


NI TANTO, NI TAN CALVO.

Hace bastante tiempo, alguien me dijo, que debía tener cuidado con los adjetivos que otorgaba a todo aquello que veía, que debía tener cuidado con las estrellas con las que “premiaba” los espectáculos que me disponía a enjuiciar, que debía tener cuidado con la escala de valores, pues no habría puntuación posible para mí, si en una ocasión determinada, cruzaba “la frontera” y acudía a un teatro alemán, inglés, incluso norteamericano. Tengo la impresión de que la escala de valores que impera en nuestros días es muy corta, muy flexible, muy poco fiable… Tengo la impresión de que cualquier cosa es inmensa, inconmensurable, genial o sublime… Que algo esté bien es una cosa, que algo sea estupendo, magnífico, de lo mejor que se ha visto (esto obviamente no es un adjetivo pero funciona como tal) es otra cosa distinta. Que algo sea original es una cosa, que algo sea ingenioso e inteligente, es otra. Que algo cumpla con la expectativa es una cosa, que algo lo tenga todo, es otra.
Hoy en día se echa por tierra a quien tiene cierto espíritu crítico, y digo “cierto”… en cambio cuando se leen comentarios o críticas exageradas hasta el extremo, en lo positivo no pasa nada, se acepta de buen grado… ¿por qué?... No lo sé… y perdónenme si ante tanta crítica positiva en extremo he sentido, en el caso que nos ocupa, la necesidad de centrar la visión o perspectiva. Ese alguien que hace bastante tiempo puso el freno a mi entusiasmo, me ayudó mucho.
Si decimos que Gemma Martínez en “Pegados” es sublime… ¿Qué diremos de Elena Roger en su interpretación de “Piaf”?... Ya, ya estoy viendo sus comentarios “son dos musicales distintos en todos los aspectos” sin duda, pero centrémonos en los trabajos de cada una, saquémoslos, observémoslos independientemente… No habría adjetivos para calificar a la segunda.
Si decimos que este musical “lo tiene todo”… ¿qué diremos pues de “Sweeney Todd”. Qué es “todo” en un musical?... sí, ya estoy escuchando sus comentarios, “Pegados” es un musical de pequeño formato y “Sweeney Todd” no.
Analicemos: Música en directo, claro; una buena historia, unos intérpretes que actúen y canten bien y en directo claro; lo de la escenografía no lo sé, a mi parecer no es tan importante… ¿qué más?... No lo sé, estoy abierta a todo tipo de sugerencias al respecto.
Tras esta pequeña introducción procederemos al análisis: (tono irónico, no me malinterpreten)
“Chico encuentra chica” historia común. Historia trillada. Historia más que conocida porque siempre el final tiene que ser feliz sino, no tiene gracia. Es cierto que este musical da una “vueltita” de tuerca. Aquí, el chico no encuentra chica sino que, en un principio lo que encuentra es “cacho”. Tenemos pues, que el chico encuentra ligue y lógicamente, se enrollan, pero se enrollan del todo, tanto que acaban pegados. Él no puede “salir” de ella. Ante tan surrealista situación y la imposibilidad de solución, lo único que estos dos jóvenes pueden hacer es acudir a un hospital para que un profesional “deslíe el lío”… Al final y tras una noche llena de presencias curiosas, de situaciones semiabsurdas y ciertamente hilarantes, todo se resuelve para bien y el chico ve más allá del “cacho”, triunfando el amor. Si algo del “todo” que debe tener todo musical es la historia, una buena historia, éste no la tiene, seamos objetivos. Sí posee la particularidad que la hace “aparentemente” distinta. Sí tiene un guión divertido, hasta cierto punto y que roza peligrosamente la grosería, sin llegar a serlo. Los personajes están más o menos bien dibujados aunque del único que podemos sacar “chicha” es de la enfermera que “muy bien” interpreta Gemma Martínez. En su personaje, en su trabajo se asienta todo el ingenio de un guión normalito, no exageremos. La música, es pegadiza pero personalmente a un musical le pido más; como les pido más a unos intérpretes que cantan bien, que interpretan bien (aunque sus personajes, vuelvo a repetir no tienen gran dificultad, salvo la física para moverse y mantenerse pegaditos), pero tampoco son poseedores de una gran voz; volvemos a ser objetivos.
¿En qué radica la “diferencia” de este musical? No lo sé, la verdad… No lo sé. ¿En su pequeño formato? No es el único y ni tan siquiera es el primero, sinceramente. ¿En la vuelta de tuerca del tema? Es lo mínimo cuando se aborda un argumento tan común…
En fin, ni tanto ni tan calvo. No está mal, pero tampoco es para echar cohetes.

Sofía Basalo.

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