domingo, 20 de febrero de 2011

CONFIDENCIAS MUY ÍNTIMAS (Julio 2010)

CONFIDENCIAS MUY ÍNTIMAS.

Teatro Bellas Artes.

Autor: Jerôme Tonnerre.
Adaptación: Juan Luis Iborra y Antonio Albert.
Director: Juan Luis Iborra.
Intérpretes: Remedios Cervantes, Manuel Tejada, Jesús Cabrero y Sole Palmero.

… EL AMOR COMO TERAPEUTA…

El origen de esta pieza lo encontramos en el cine. Jerôme Tonnerre y Patrice Leconte escribieron un guión que se llevó a la gran pantalla en 2004. Ni qué decir tiene que el éxito fue inmediato. Un guión repleto de matices; unos personajes en los que el espectador podía mirarse y descubrirse… Y el amor. El amor como verdadero y único terapeuta. El amor como fuerza vital que nos empuja a abrir las puertas, las cajas, los baúles tras los cuales encerramos nuestro corazón y nuestros deseos. El amor que causalmente nos conduce hacia la puerta equivocada y hacia unos oídos equivocados y certeramente prestos a escuchar…
El estreno teatral en nuestro país tuvo lugar en Alicante con la adaptación de Juan Luis Iborra, también director, y Antonio Albert. Las artífices del proyecto y e intérpretes, fueron Remedios Cervantes y Sole Palmero. La solvente veteranía sobre las tablas llegó de la mano de Manuel Tejada y “el cuarto en discordia” y a la postre, verdadero psicoanalista, fue Juan Fernández, que en el camino dejó su sitio para que lo ocupase un Jesús Cabrero que ha introducido un ritmo demasiado rápido a su labor que no casa del todo bien con el que "suponemos" propio de la función.
Es cierto que el error de confundir a una persona por otra, una situación por otra, es algo recurrente; pero si lo obviamos y nos adentramos en lo que poco a poco se crea entre las dos personas que la causalidad ha unido, podremos llegar a ver aquello que el autor ha querido mostrarnos, con un lenguaje lleno de dobles intenciones, de diversos significados, de interesantes símbolos: Una realidad que nos está deshumanizando; una necesidad que nos hace más infelices e incompletos.
El Poder de la Palabra emitida desde dentro. El Don de una escucha libre de juicios previos y consejos gratuitos. La necesidad de una compañía que no nos ahogue, que no nos anule. La necesidad de tener al lado a un ser humano real y tangible que se atreva a caminar en la cotidianidad ajena sin quedarse en la comodidad de la superficie.
Todo ello tiene lugar en el despacho de un asesor financiero que ve pasar la vida abrazado a una corbata, mientras encierra sus sentimientos en infinitas cajas de música. La llegada de Ana (Remedios Cervantes) una mujer insatisfecha y anulada por la indiferencia egoísta de su marido, romperá los esquemas del Sr. Cuadrado (Manuel Tejada)-quizá el apellido del personaje, tenga también un doble sentido- abriendo poco a poco las ventanas de su despacho, las cajas de música coleccionadas, y olvidando apretar el nudo de una corbata que desaparecerá finalmente.
Además de los dos personajes centrales, tenemos a la ex novia del falso psicoanalista, interpretada por Sole Palmero y al verdadero médico, Jesús Cabrero, que paradójicamente no escucha, no se para a mirar a los ojos de quien le cuenta su vida, sus preocupaciones, sus problemas… Quizá, esa rapidez en la conducta, esa superficialidad en sus movimientos, haya sido acentuada para poner de manifiesto tal paradoja: Quien profesionalmente trata las enfermedades del alma no es capaz de escuchar sin que el dinero sea la recompensa. No es capaz de mirar a los ojos. No es capaz de tratar como una persona, a quien se sienta en el diván. No sabe escuchar, no quiere escuchar, sólo oye…
Estamos ante una buena propuesta teatral, una propuesta que nos invita a descubrir esos símbolos, esas dobles intenciones, ese lenguaje equívoco e inteligente, así como un elemento muy sutil, que también nos habla: El vestuario. En un principio vemos a Ana enfundada en un abrigo y en unas botas altas. A medida que las visitas al desconocido se sucedan, veremos cómo la ropa irá siendo más ligera: una chaqueta más o menos gruesa, un vestido más colorido, unas playeras… El pelo inicialmente recogido, finalmente irá suelto e incluso con un cierto toque sensual… Al igual que la chaqueta y la corbata en el personaje del asesor fiscal nos habla de esos sentimientos encerrados en numerosas vitrinas y cajas de música; la ropa y el peinado, en Ana, nos dice que esa mujer está reconociéndose cada vez que habla con ese hombre. Finalmente, no sabemos quién “cura” a quién… En cualquier caso, es el amor…
De igual modo, no podemos omitir que hay algo que impide que la función sea redonda… No sabría decir qué es, y sin embargo, salimos del teatro con la sensación de que algo le falta a esa historia de intimidades y confesiones…

Sofía Basalo.

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