domingo, 2 de mayo de 2010

LA RATONERA (Enero 2010)


LA RATONERA.

Teatro Reina Victoria.

Autor: Agatha Christie.
Director: Víctor Conde.
Intérpretes: Gorka Otxoa, Leandro Rivera, María Castro, Aroa Gimeno y Paco Churruca, entre otros.

… NUEVAMENTE, AGATHA…

Ver por quincuagésima vez una obra de teatro de intriga; una propuesta en la que el único porqué pasa por descubrir al asesino, no tiene mucho aliciente, pues el suspense tiende a desaparecer cuando conocemos el desenlace. Leer dos veces “Diez negritos”, por ejemplo, tiene un pase, porque en un primer recorrido puede que el lector se haya dejado detalles que a posteriori descubre esenciales a la hora de hallar la identidad del culpable; detalles que no ha dejado a un lado el sobresaliente Hércules Poirot y quién no ha querido tener el ingenio del famoso detective con el fin de descubrir al asesino…
Para ver de nuevo “La Ratonera”, sin olvidar los cincuenta y ocho años que lleva reponiéndose en Londres, para entrar nuevamente en esa casa de huéspedes y escuchar otra vez la cancioncilla recurrente y machacona, se ha de encontrar un nuevo aliciente, un nuevo reto. Víctor Conde lo ha buscado en la escenografía y los actores.
La casa de huéspedes de “La ratonera (2010)” posee un estilo más contemporáneo. Es más amplia, menos acogedora, menos inglesa, en definitiva. Personalmente la considero más fría; sin embargo esta observación no es negativa. Lo negativo en esta nueva lectura o revisión, se halla en los actores. Estos “ratoncitos” casi en su totalidad televisivos, dejan un poco que desear; mientras que los que dentro de este montaje son buenos intérpretes han dotado a sus personajes de un amaneramiento absurdo y exagerado.
Y sin embargo lo que clama al cielo es que nuevamente tengamos que padecer sobre el escenario de la presencia “estelar” de un joven actor al que no se le entiende, un actor que no vocaliza, que habla demasiado rápido, que necesita que le pongan algo al lado para que “traduzca simultáneamente” su texto… Me refiero a Gorka Otxoa. Si bien, su velocidad es menor que en “Olvida los tambores” aún le falta un largo trecho para que su presencia sea idónea en los teatros madrileños. Por otro lado, la voz de María Castro es un tanto desagradable, es demasiado aguda, demasiado estridente… Si hemos comenzado destacando las deficiencias de esta “actual” ratonera, no podemos obviar el notable trabajo de Leandro Rivera; contenido, firme, absolutamente distinto al personaje que dibujó en el regreso a Madrid de la obra de Ana Diosdado, anteriormente citada. Normalmente me gusta el trabajo de Pacho Churruca, sin embargo, en esta ocasión lo he encontrado demasiado afectado, provocando situaciones forzadamente hilarantes… No sé si estos matices parten del mismo actor o bien ha sido el director el que ha optado por modelar a este personaje… de cualquier forma, creo que está más que pasado y chirría en algún momento…
En definitiva, una reposición del clásico inglés que sinceramente creo, no pasará a la historia. Recurrir a “rostros televisivos” sin que haya nada, más allá de la popularidad de sus rostros es un error, aunque nadie parezca verlo…

Sofía Basalo.

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