lunes, 19 de enero de 2009

VOCES (SOME VOICES) (Mayo 2008)



Sala Pequeña del Teatro Español.

Autor: Joe Penhall.
Traducción: Joan Sellent.
Dirección: Marta Angelat.
Intérpretes: Pablo Derqui, Toni González, María Ribera, Jordi Ballester, Carles Sales y Jordi Brau.


EXTRAORDINARIO RETRATO HUMANO.

Presos en su malherida humanidad. Presos de unas voces que respiran en algún lugar de su cerebro. Presos en una sociedad que estigmatiza, rechaza e ignora. Seres humanos doloridos como todos, pero con un dolor más fuerte y también más ingrato. Esta obra, una de las más celebradas de Joe Penhall, no exhibe ni caricaturiza; no se instala en un tópico superficial y vacuo; muestra, comprende, invita a conocer y a reflexionar. En esta obra vemos personas que un día quedaron atrapadas en un mundo desconocido, oscuro quizá y siempre inquietante, que de vez en cuando asoman su rostro al mundo real y viven y aman y planean un futuro condicionado siempre. En esta obra vemos a otras personas que desde “la normalidad” han de convivir con la enfermedad, han de combatir contra lo desconocido con el único argumento posible, el amor; otras personas que han de ceder parte de su tiempo, de su intimidad, de su libertad, de su futuro, de su vida en sí, a unos ojos a veces asustados, a veces alucinados, a veces asombrados... y siempre necesitados de afecto... Los personajes de esta obra son seres humanos, gente normal, que un día se adentró a través de un camino desconocido cuya salida no es capaz de encontrar, en donde la química biológica no acierta a “descruzar” los cables de su mente... aún así cuando la tempestad se aleja de su orilla son seres inteligentes, afectuosos, son seres aún más cuerdos que aquellos que pasean su sombra por la cotidianidad... “Las voces” pone de manifiesto la incidencia pública, la problemática social de una dolencia que impide ser en plenitud... el sonido de una voz que martillea un cerebro consciente de su inexistencia... la incapacidad de estas personas de liberarse del ritual de unos fármacos que los adormecen, que ralentizan su razonamiento, que merman su vitalidad... y sin los que un proyecto vital sería inconcebible... Todo en esta propuesta es magnífico, desde su escenografía, pasando por la dirección de la debutante Marta Angelat, hasta llegar a los intérpretes, impecables y repletos de verdad. Justo cuando comencé a reír con “la crisis” de uno de los personajes, recordé que no era la primera vez que escuchaba estas voces; recordé el comentario que había oído hace algo más de un año; recordé cómo una persona afectada de esquizofrenia hablaba de las risas de los espectadores; recordé cómo se esforzaba en dejar claro que eso era verdad, que él había estado en esa situación, la angustia inenarrable que los invade cuando la gente de su entorno niega la verdad que están viviendo y creen de manera absoluta... recordé ese comentario y dejé de reírme para entrar de lleno en la realidad solitaria e incomprendida de aquellos a los que condenamos a la locura, nosotros, los otros locos.

Sofía Basalo.

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