RECORTES.
Sala Cuarta Pared.
Autores: David Greig y Clara Brennan.
Versión: Juan Cavestany.
Director: Mariano Barroso.
Intérpretes: Nuria Gallardo y Alberto
San Juan.
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES.
He de reconocer que me
esperaba otra cosa. He de reconocer que de los actores que interpretan esta
propuesta esperaba algo más, algo diferente, algo vibrante, algo que me
conmoviese, algo que me hiciera contemplar el presente de otro modo…
Quizá críticas
anteriores me llevaron a considerar este título de otra forma. Quizá las
estrellas concedidas por críticos de consolidada reputación me llevaron a
considerar este título de otra manera…
… Pero, personalmente, “Recortes”
no se merece cuatro estrellas… Ni tan siquiera, tres.
¿Qué los actores lo
hacen bien? Por supuesto, son indiscutiblemente buenos… Pero eso no basta.
“Recortes” es la unión
de dos monólogos. Dos monólogos oportunos, reivindicativos, medianamente buenos…
Pero ya está. Incluso diría más.
“Reflectante”, primer monólogo que interpreta
Nuria Gallardo, está cargado de datos innecesarios, su redacción es rebuscada,
tanto es así que el espectador tarda en comprender qué tiene que ver el regalo
de una madre a su hija, con los recortes dictaminados por un determinado
gobierno, ante la situación de crisis que atraviesa un país. El segundo, “Frágil”,
interpretado por Alberto San Juan, introduce algo original y hasta cierto punto
divertido: Hace partícipe al público, ofreciéndole la oportunidad de que dé la
réplica al actor… Sin embargo, esta nota, tampoco lo hace extraordinario. Y no
es más. Dos monólogos, yuxtapuestos. Dos monólogos unidos porque
individualmente se trataría de una propuesta demasiado corta.
“Recortes” es, en definitiva,
una desilusión que nace por la calidad y trayectoria de los nombres que avalan
los dos monólogos que la conforman. Y una desilusión que también nace, por qué
no decirlo, por la exageración de una crítica que no siempre es objetiva.
Sofía Basalo.
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