LA DECISIÓN DE JOHN.
(COCK)
Teatro Fernando de Rojas (Círculo de
Bellas Artes)
Autor: Mike Bartlett.
Director: Denis Rafter.
Intérpretes: José Vicente Moirón,
Gabriel Moreno, Isabel Sánchez y Javier Magariño.
LA INDECISIÓN DE UN COBARDE…
Aunque esta obra de Mike Bartlett ha
sido traducida como “La decisión de John” la compañía de Teatro del Noctámbulo
ha evocado de forma continua su título original: Pelea de gallos. Así, la
escenografía es una especie de “ring” circular o coso taurino, alrededor del
cual caminan enérgicamente los intérpretes. Este espacio concluye con unas
gradas, en las que puede acomodarse parte del público. La acción se estructura
en escenas breves que quedan interrumpidas por un sonido similar al de un
combate de boxeo. No hay más. La palabra, el actor y el poder del teatro.
Tampoco es necesario. El público queda entregado a la acción, al dilema del
protagonista, a la lucha por descubrir su identidad.
John es un joven homosexual y pareja
estable de H. Cuando estos atraviesan una pequeña crisis, conoce a una mujer M,
de la que se enamora y con la que vive un romance. John decide volver con H,
aunque no logra olvidar a M. Llegando así a no saber a ciencia cierta si es
homosexual o heterosexual. Finalmente, el padre de H decide intervenir en esta
disyuntiva con un discurso que no deja abierta la puerta a la posibilidad, a la
probabilidad, al quizá.
Puede parecer que John decide, opta,
logra conocerse, saber quién es… Personalmente, creo que se queda con lo más
fácil, con lo conocido, no es valiente. De hecho así lo reconoce en varias
ocasiones. No sabemos si John y H serán felices, conservarán su relación de
pareja y la felicidad entre la negación a la posibilidad de un bienestar
desconocido y peligroso… Éste es quizá el campo en el que es el público quien
juega, quien apuesta… Y quien puede o no ganar el envite entre dos gallos que
pelean por atraer hacia sí a John…
Una vez más, Teatro del Noctámbulo
deja muestra en la capital de su buen hacer, de su buen trabajo, de su calidad.
De la capacidad para elaborar personajes humanos y no esterotipados, para elaborar
dramas veraces y auténticos, para darnos la oportunidad de reflexionar sobre la
identidad de alguien incapaz de ello por cobarde.
John no decide, quizá no decida nunca…
Es más fácil tener siempre 21 años y dejar que otros nos digan quiénes somos…
Aunque sepamos que al otro lado de la cotidianidad podría estar una placidez
dispuesta a ser conjugada sin red…
Sofía Basalo.
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