domingo, 30 de septiembre de 2012

MENDIGANDO AMOR (Junio 2012)


MENDIGANDO AMOR.

Pequeño teatro Gran Vía.
Autor y director: Roel García Serrano.
Intérpretes: Belén López Valcárcel y Majo Cardona.

… ETERNO TEMA, SIN ELABORACIÓN…

Una vez más, una pequeña compañía teatral se pone de acuerdo para elaborar un consabido análisis del porqué del desamor, de los errores que comete, en este caso la mujer, al iniciar una relación sentimental, de la necesidad de, a su vez, sentirse necesitada por un hombre; de la necesidad de sentirse querida y admirada, de la seguridad y estima que no es capaz de otorgarse por ella misma… Mientras queda a la expectativa de la ficticia confianza que le ha de dar esa persona.
¿Qué esto es algo muy manido, muy trillado? Sí.
¿Qué a estas alturas no hace mucha gracia? Personalmente, sí.
¿Qué a pesar de todo puede funcionar? También.
¿Por qué? Porque ya se sabe que el ser humano es el único animal empecinado en “avanzar” por el mismo sendero, aunque éste sea el equivocado, aunque no nos lleve a ninguna parte… Y aunque sea el único que a la postre pueda hacerle el más infeliz.
“Mendigando amor” se compone de una serie de sketches que interpretan Belén López Valcárcel y Majo Cardona sin demasiada complicación; pues se trata de distintos personajes que no necesitan mucha elaboración, al ser muy simples y además, girar sobre un mismo eje.
Quizá el gag más afortunado sea el que retrata a dos amas de casa, maduras, cansadas y aburridas. Una, desesperada por la pasiva actitud de su marido y la otra sin más aliciente que el de responder con monosílabos a la histérica perorata de su amiga, mientras plancha sin parar.
“Mendigando amor” no tiene más.
Puede funcionar porque se trata del eterno tema de las relaciones humanas, amorosas o sentimentales, pero aún así, no hubiera estado de más que el autor y director e incluso las actrices, hubieran elaborado el proyecto un poquito más.

Sofía Basalo.

sábado, 22 de septiembre de 2012

ANTES TE GUSTABA LA LLUVIA. (Marzo 2012)



ANTES TE GUSTABA LA LLUVIA.
Autora: Lot Vekemans.
Dirección: Miguel Ángel Solá.
Intérpretes: Sergio Otegui y Blanca Oteyza.

CUANDO ERA SENCILLO SONREÍR…

Enfrentarse al dolor es complicado. Quizá sea éste el auténtico reto de un ser humano que vive con la espada de damocles a su lado sin ver cuándo lo mirará de frente y se hundirá en su pecho doliéndole, matándolo, frenando su paso, impidiendo su crecimiento… O haciéndole más fuerte, nunca se sabe… Nunca podremos saber cómo reaccionaremos ante su manotazo hasta que se produce… No podremos saber si optaremos por huir hacia un futuro lejos de aquello que nos hace daño o si permaneceremos en él, saboreándolo, negándonos la vida y por tanto, la posibilidad de ser felices… No podemos evaluar qué es mejor, qué es lo correcto, qué es lo acertado, porque no podemos elegir, porque la realidad nos sorprende y nos descubre, porque realmente nos desconocemos y sólo ante la adversidad revelamos nuestra identidad… Aquello que éramos, Aquello que podíamos ser, Aquello que somos mientras sobrevivimos...
Dos personas han de enfrentarse a un hecho impensado. Cada una opta por un modo de encarar el dolor. Él teme ese sufrimiento, teme esa ausencia, teme la presencia de su rostro en el rostro de la mujer que una vez amó y huye hacia el futuro… Ella también lo teme pero lo afronta, lo conjuga en presente… Quizá, en un presente eterno que le impide ver más allá de sí misma, del momento en el que el adiós se apoderó del ser que más quiso… Ella deja de ser quién fue, deja de reírse, deja de vivir… Para subsistir, para engañarse y caminar a través de los días sin pisar demasiado fuerte para que sus huellas no borrasen la imagen perenne del ayer…
Ella y Él se reencuentran doce años después en una cita que busca ella, que necesita ella, que pide ella… Para decirse aquello que quedó pendiente… Para responder a todos los “porqué” que quedaron suspendidos una nochevieja doce años antes… Para romper la barrera de defensa que la acompaña a cada paso… Para volver a ser agradable siempre… Para recuperar su sonrisa… Para volver a pasear bajo la lluvia…
A Miguel Ángel Solá le gusta el teatro sencillo, el teatro que va directo al corazón, el teatro que nos habla de seres humanos, el teatro que habla del amor, del miedo… El teatro que no juzga… El teatro que nos hace crecer y creer en nosotros mismos… El teatro como catarsis, como elemento curativo… El arte que nos hace mejores…
“Antes te gustaba la lluvia” no juzga. “Antes te gustaba la lluvia” expone dos formas de sobrevivir al dolor, dos sentimientos, dos seres incapaces de volver a ser quiénes fueron por miedo a que el ayer distorsione aquello que continúan sintiendo…
“Antes te gustaba la lluvia” contiene el agridulce sabor del amor incapaz de conjugarse, el trabajo repleto de verdad de dos actores impecables: Sergio Otegui y Blanza Oteyza. Ellos son los padres de Jacobo. Los dos seres que una vez se amaron. Los dos seres que olvidaron el amor. Los dos seres incapaces de volver a mirar juntos en la misma dirección aunque es eso mismo lo que interiormente desean…
“Antes te gustaba la lluvia” contiene  la imperceptible y segura labor de Miguel Ángel Solá, en la que es su primera incursión como director de escena; la mano repleta de sensibilidad y buen gusto de un hombre que hace del teatro un refugio para el alma; el sello que hace de la sencillez algo mágico.
… Y es que a veces la salvación del ser humano pasa por pasear bajo la lluvia aunque sonreír por cualquier cosa vaya siendo algo más difícil…

Sofía Basalo.

domingo, 16 de septiembre de 2012

EL ENCARGO. (MAYO 2012)



EL ENCARGO.

Teatro Calderón.

… UN BODRIO MÁS…

Autor y director: Luis Ant. Rodríguez Juan.
Intérpretes: José Tejado, Esther Fernández, Javier Paez, José Luna, Silvia Nieto, Alberto Rodríguez, Giovanni Anastasi y Antonio Jiménez.

No me duele calificar de “bodrio” a un bodrio. No me duele decir que algo es insufrible cuando es insufrible. No me duele decir que hay que tener muy poca vergüenza para “escribir” algo así y defender o intentar defender de mala manera algo indefendible. No me duele, porque lo doloroso es tenerlo ante los ojos y tener que ser profesional para no coger tus cosas, levantarte de la butaca y salir por piernas…
La obra es absurda, los personajes son absurdos, las situaciones son absurdas… Es absurda e inadmisible la voz en off que se supone es la de un locutor incapaz de hablar correctamente… Son absurdos los “intérpretes” que dan vida a unos seres, afortunadamente, inexistentes en un mundo absurdo… Son vulgares y soeces las “bromas” que el “autor” ha colocado en boca de un cura que lejos de constituir algo crítico contra el clero, consigue lo contrario… Es ridículo el personaje del psiquiatra que sin venir a cuento se comporta de un modo idiota y exagerado…
Según parece, en alguna función ha habido una desbandada de espectadores. Yo fui al estreno, y ya se sabe, al estreno acuden amigos, familia… y claro, no hay desbandada e incluso se escuchan sonoras carcajadas… tras las que “una” que no es pariente de nadie, se pregunta: ¿De qué se ríe esta gente. Qué se ha tomado?...
En fin, esta “obra” es mala, mala con ganas, mala con intención, mala a sabiendas… Dolosamente mala… Vamos, que sólo viendo el cartel, sabes que la función va a dejar mucho, pero mucho que desear…
Los actores son malos, más malos que un dolor… Pero ya se sabe, de todo se aprende… Y las cosas como son, hacer algo tan malo es sumamente difícil, y eso hay que reconocérselo.

Sofía Basalo.