sábado, 11 de diciembre de 2010

LA CENA DE LOS IDIOTAS (Septiembre 2010)


LA CENA DE LOS IDIOTAS.

Teatro Infanta Isabel.

Autor: Francis Veber.
Dirección: Juan José Afonso.
Intérpretes: Josema Yuste, Agustín Jiménez, Félix Álvarez, María José del Valle, Carles Moreu y Natalia Ruiz.

… ADIVINA QUIÉN ES EL IDIOTA…

Se ha escrito mucho sobre esta obra. Se ha hablado mucho de la feroz crítica que de un modo tierno y divertido reflejó Francis Veber en esta obra teatral, posteriormente llevada a la gran pantalla. Se ha hablado de lo benévolo que sería el mundo con más “idiotas”-inocentes- y menos “listos”-malévolos-. Yo no voy a añadir más al respecto, sería innecesario y redundante. Ni qué decir tiene que el autor francés escribió un texto excelente, de una gran elegancia y una hilaridad inmensa. Me gustó mucho la primera vez que la vi. Me gustó mucho menos en la segunda ocasión. En ésta, iba con cierta reticencia, sobre todo cuando en una de las magníficas pantallas que adornan el Metro de Madrid pude leer que al texto original se le habían añadido “nuevos chistes”. ¿Por qué?, pensé, no son necesarios. ¿Vendrán al caso?, seguí pensando… O ¿serán el fruto del oportunista aprovechamiento de la vis cómica de los tres protagonistas de esta nueva versión?... Con esta idea acudí al Teatro Infanta Isabel… Y si bien, en cierto modo, atiné con mi “prejuicio” he de admitir que no me disgustó.
Eliminando algún chiste que no viene a cuento y que obedece a intereses ajenos a la misma obra, alguna caracterización exagerada y hortera que también mira hacia esos mismos intereses, he decir que encontré a un Josema Yuste casi perfecto en su papel, a un Agustín Jiménez fantástico en el personaje del ingenuo coleccionista de maquetas elaboradas con cerillas, llamado Francisco Piñón… También descubrí a un Félix Álvarez un tanto exagerado, a través de cuya presencia los productores o entidades colaboradoras han puesto el acento en situaciones que no están en el texto original. No reprocho el motivo de la crítica; sí reprocho el modo; se nota tanto… ¿Por qué no aprendemos a ser más sutiles…?
Una vez más, no voy a omitir algo que no es la primera vez que observo y que quizá sea una práctica ancestral, pero cuando la diferencia es tan grande no está de más señalarlo. Obviamente el trío protagonista “es el que es”. Reclamo para la atracción del público, para las risas, para el éxito… Sin embargo, no se debe descuidar el resto del elenco, aunque sus papeles sean muy secundarios, aunque sus apariciones sean mínimas. De hecho, el profesional que haya de defender estos personajes “de reparto” ha de serlo; ha de tener una presencia tan fuerte, tan potente como el “reclamo”, como el protagonista, como el famoso, como el popular… Aquí no, y la solvencia de los tres nombres que completan el cartel es tan pequeña como su tamaño en el mismo.
Por lo demás, la obra funciona, no podía ser de otro modo, aunque les quedan por cuadrar algunas cosillas. No se ha estrenado de forma absoluta en Madrid, pues viene de hacer una pequeña gira, y aún así, algún timbre suena después del tiempo preciso, algún altavoz de móvil “se coloca” de manera automática (al actor se le olvida apretar el botoncillo)… en fin, cosillas que se deben precisar más para que todo funcione como “un reloj”…

Sofía Basalo.

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