miércoles, 10 de diciembre de 2008

UN PEQUEÑO JUEGO SIN CONSECUENCIAS (Noviembre 2006)





Teatro Real Cinema.


Autores: Jean Dell y Gérald Sibleyras.
Adaptación: Íñigo Torres Livianos y Benjamín Peñamaría Nucci.
Dirección: José Luis Alonso de Santos.
Intérpretes: Mariano Alameda, Alexandra Jiménez, Natalia Barceló, Luis Rallo y Eduardo Antuña.

MISIÓN CUMPLIDA.

En el jardín de una casa puesta en venta se juega... al amor, a la confusión, a la seducción, a la huida de la monotonía, a la sorpresa, al conocimiento o desconocimiento del otro... Es un pequeño juego cuyas consecuencias se buscan, se temen, se esperan... e incluso, pueden provocarse...
Descubrir lo que opinan de nosotros... los otros. Descubrir los secretos que alguien guardó en el capítulo de lo intrascendente... envuelto en una trascendencia dorada. Descubrir que aquello que esperamos se encuentra delante de nuestros ojos como un regalo sin abrir...
El reto de una comedia cuyo eje central es el amor se encuentra en el modo de presentarlo; en cómo “juega” a ello con el público; en qué aspecto novedoso y joven nos muestra del tan recurrente sentimiento.
Quizá la obra escrita por Jean Dell y Gérald Sibleyras no nos ofrezca un nuevo rostro del amor, no nos cuente nada nuevo, nada que no podamos prever... pero eso que nos transmite ese pequeño juego que inicia Clara (Alexandra Jiménez) con la ayuda de su mejor amigo, Nacho (Eduardo Antuña) nos llega envuelto en un sentido del humor inteligente y delicado; en una ironía fina y con gusto; en un planteamiento teatral perfectamente acabado.
El reto, por tanto, queda superado y las consecuencias que comenzamos a sacar de “este juego” son positivas.
Sigue siendo positiva la labor del director del montaje, José Luis Alonso de Santos que, además de defender este proyecto con la palabra, lo ha hecho con el resultado que podemos ver sobre el escenario.
Estos cinco jóvenes actores que comenzaron su carrera en “la tele” no se desenvuelven mal en las tablas... y le dan a esta comedia el color y el dinamismo que requiere.
Veredicto positivo, pues, para una propuesta agradable y divertida que nos habla, una vez más, del frágil, voluble, inconstante amor... y no de muchas cosas más...

Sofía Basalo.

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