martes, 22 de noviembre de 2011

UNA VISITA INESPERADA. (Septiembre 2006)


UNA VISITA INESPERADA.

Teatro Real Cinema.

Autora: Agatha Cristhie.

Director: Gerardo Malla.

Intérpretes: Jaime Blanch, Charo Soriano, César Diéguez y Lola Casamayor, entre otros.

TEATRO Y SUSPENSE.

Por segundo año consecutivo, el nombre de la gran dama del suspense es protagonista en la cartelera teatral madrileña, donde ha recalado tras obtener en San Sebastián una gran aceptación.

“La Ratonera” constituyó la pasada temporada un rotundo e incontestable éxito, por esta razón, ha sido la misma productora, la que ha decidido, llevar a escena otro de los títulos más acabados de Agatha Cristhie, “Una visita inesperada”.

Ramón Barea, ha cedido la batuta de la dirección a Gerardo Malla, mientras Jaime Blanch, continúa prestando su rostro y su nombre al protagonista de unos relatos que logran conducir a la lectura al más reacio.

Esta obra, tiene una estructura circular. Comienza con lo que, en teoría, se corresponde con el final o desenlace de una novela de suspense, policíaca o de detectives: Un asesinato.

La incógnita: Descubrir el sujeto activo; el autor del crimen.

La trampa o cebo para los avezados sabuesos por dos horas: La resolución la tenemos ante nuestros ojos, a medida que la trama se desarrolla, nos puede parecer demasiado clara. Los personajes y la misma autora, se encargan de hacernos desconfiar de la primera y, a la postre, acertada impresión.

Ingredientes más que atractivos para una estupenda jornada teatral.

La acción se sitúa en una mansión de Gales. Es de noche. Una tupida niebla provoca el extravío de un turista foráneo que, en una inesperada visita, descubre el cadáver de un marido más que indeseable y a una asustada esposa que, junto al finado, porta en sus manos “el arma homicida”. Éste es el punto de arranque de una puesta en escena notable, llevada a cabo por unos intérpretes solventes que saben responder al tono de una acción que concentra toda la tensión, en la palabra y en el modo de decirla.

Estos intérpretes la saben decir y, de igual manera, aciertan a mantener la curiosidad del espectador en todo momento.

Jaime Blanch ha manifestado que “Una visita inesperada” es una obra de teatro puro y duro. Sin duda, lo es, ya que el actor y sólo él, es, en este caso, quien quita o da, cuerpo a un texto, como decíamos en un principio, acabado, bien concebido y perfectamente estructurado.

Por último debemos destacar el regreso a la dirección de Gerardo Malla; siempre perfecto en su labor, ya sea sobre o detrás del escenario. Su visión, cuidada al máximo, se deja notar en un engranaje perfecto que sabrá poner en marcha, la capacidad de deducción del público madrileño en la nueva temporada teatral.

Sofía Basalo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

OJOS VERDES. MIGUEL DE MOLINA, IN MEMORIAM. (Septiembre 2011)


OJOS VERDES. MIGUEL DE MOLINA IN MEMORIAM.

Teatro Fernán Gómez.

Dramaturgia y dirección: Marc Vilavella.

Dirección musical: Marc Sambola.

Intérpretes: Marc Vilavella, Gracia Fernández, Anaïs López y Nacho Melús.

Guitarra y Oboe: Marc Sambola.

Piano: Gerard Alonso.

... SIN RECOMPENSA...

Más de dos años de gira. Más de dos años reivindicando el nombre y la figura de uno de los grandes de la copla. Más de dos años liberando de políticos prejuicios a un género mal ligado al franquismo. Más de dos años recordando a Miguel de Molina “¡El que tuvo que marcharse!”. Más de dos años haciendo memoria histórica conjugada en una primera persona a la que se quiso resarcir de la humillación, del exilio, de la vejación, del olvido... “con una simple medallita”...

Más de dos años caminando por la historia de un país en cuyo suelo quedaron grabadas las huellas de unas canciones capaces de hacer olvidar las heridas de la guerra, a las tropas de un determinado bando, en este caso, el republicano. Más de dos años vistiendo la piel de un malagueño que nacía el 10 de abril de 1908; la piel de un niño que se crió entre mujeres, que fue a un colegio de curas, que emigró a Madrid, que pudo ponerle un pisito a su madre, que descubrió el teatro y que jamás pudo separarse de su magia... Aunque le obligaron a separarse de su patria, una patria que aún en el exilio alargaría sus brazos prolongando la sombra de la humillación y la crueldad...

Marc Vilavella, director y protagonista de este musical, es también Miguel de Molina. Lo es, con una autoridad absoluta. Canta, adopta el acento andaluz, se mueve sobre el escenario y todo lo hace siguiendo fiel la sombra luminosa del artista. De hecho es el actor catalán el autor de una dramaturgia que hila inteligentemente la música y la biografía del personaje.

A Vilavella lo acompañan Gracia Fernández, Anaïs López y Nacho Melús, quienes a lo largo de la hora y cuarenta minutos que dura el espectáculo, darán voz a las personas que fueron importantes y formaron parte de la vida de Miguel.

Podemos decir que la propuesta tiene dos partes, emocionalmente hablando. La primera, hasta que comienza la guerra. Ésta transcurre con alegría, con optimismo, con la fuerza y el ímpetu de un joven lleno de energía y ganas de aprender, de descubrir el mundo, de descubrirse a sí mismo en la intimidad y sobre las tablas. En la segunda parte la contienda ha teñido de un color gris la vida de este hombre incapaz de disparar un fusil, de tomar parte activa en una lucha entre hermanos. Los cuatro intérpretes sobre el escenario, la España en guerra, cantan “¡Ay Carmela!” mientras van cayendo y dejando desolada sobre el suelo la bandera de la España republicana. Las tropas franquistas han vencido. Y la carrera de Miguel de Molina está sujeta a un contrato injusto del que sólo podrá librarse pagando con su vida y su integridad. Esto nos es explicado utilizando unos títeres, mientras un oficial franquista nos habla de la homosexualidad, enfermedad indigna y que debe ser erradicada de la España grande y libre del Caudillo. Miguel de Molina paga el precio de su libertad: El exilio. Las melodías de “Suspiros de España” y “El Emigrante” sobrecogen al público que llena la Sala II del Centro Cultural Fernán Gómez... Como lo hace el último acto de rebeldía que, en forma de canción, lleva a cabo este hombre, cuyos restos descansan en Argentina. En esta propuesta “La bien Pagá” es España, el pueblo, sus autoridades... que olvidaron a una gran figura de la copla, cuyas canciones le fueron adjudicadas a Concha Piquer, Doña Concha Piquer... Un país, como lo definía Camus “donde los hombres aprendieron que es posible tener razón y, a pesar de ello, sufrir la derrota; donde la fuerza puede vencer al espíritu y donde hay momentos en que el coraje no tiene recompensa...”

... Son hermosos estos Ojos Verdes que nos ayudan a mirar desde el punto de vista correcto, justo y ecuánime un pasado... Nuestro propio pasado... Si miramos y logramos ver, ésta será sin duda la única recompensa.

Sofía Basalo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

19:30. (Diciembre 2010)


19:30

Naves del Español. Sala II

Autor: Patxi Amezcua.

Director: Adolfo Fernández y Ramón Ibarra.

Intérpretes: Adolfo Fernández, Fernando Cayo, Antonio Molero, Ángel Solo, Ramón Ibarra, Sonia Almarcha, Nerea Garmendia, Óscar Sánchez Zafra y Rafael Martín.

REALIDAD GRIS…

Ríes, piensas, sospechas, deduces… En una propuesta teatral de plena actualidad, de pasmosa actualidad, de rabiosa y cruda actualidad. Una propuesta teatral que coloca sobre la mesa los restos de una ética malherida por el “ligero” peso de cinco millones de euros encontrados en un maletín que portaba un político cuando fue hallado desnudo y borracho en plena calle, a altas horas de la madrugada. Una propuesta teatral que pone sobre la mesa los restos de unos principios olvidados entre los documentos de un “amañado” dossier de prensa, obediente a los intereses presupuestarios de un partido político. Una propuesta teatral que deja al descubierto los entresijos de una negociación económica que una bomba informativa de tal calibre puede llevar al traste. Una propuesta casi documental en la que se observa, se analiza, se examina el comportamiento humano; los “porqué” a veces contradictorios e incongruentes que mueven a las personas, que las impulsan hacia un fin u otro, sin tener en cuenta un medio inaceptable, inadmisible y frustrante; un medio justificado por el poder financiero, por el poder mediático... Poder, al fin y al cabo.

Patxi Amezcua ha escrito un texto ágil y nada demagógico. Un texto donde todo está perfectamente expuesto para que el público saque sus propias conclusiones. No se filosofa, no se adoctrina, no se emite juicio alguno. Vemos, observamos, somos testigos de unos hechos que están sucediendo en tiempo real.

El grupo de un partido político, junto a sus asesores, deberá mantener en silencio “El Vesubio” hasta las 19:30. Una dura y costosa negociación con el principal partido de la oposición, está en juego. La verdad no se puede decir, la ética y la política son incompatibles, todos han tenido que dar la espalda a sus principios en un momento determinado… Mientras el asesor más mezquino, más incapaz y más sinuoso hace la cama a su jefe… Mientras el compañero de militancia y corrupción calla su culpa por un buen fin: No perder las dos “Torres” y proteger al “Rey” para que quede intacto en una partida de ajedrez corrompida desde el momento en el que el primero de los contrincantes movió ficha.

Adolfo Fernández y Ramón Ibarra han dirigido a un elenco que realiza una labor magnífica, en una obra coral y tremendamente viva que nos mantiene en continua tensión el tiempo que dura la agonía de un partido político en el que respira el alma de todos y cada uno de aquellos que han sentido el latido del poder entre las manos.

Sobresaliente pues para una compañía que se sube nuevamente al escenario manteniendo los pies sobre la tierra para poner el dedo en una realidad doliente y maloliente.

Sofía Basalo.