miércoles, 14 de marzo de 2012

HISTORIAS DE UN KARAOKE (Noviembre 2011)


HISTORIAS DE UN KARAOKE.

Teatro Bellas Artes.

Autores: Juan Luis Iborra y Antonio Albert.

Dirección: Juan Luis Iborra.

Intérpretes: Elisa Matilla, Juanjo Artero, Ángel Pardo y Pepa Rus.

PENTAGRAMAS EMOCIONALES.

El Karaoke es la tabla de salvación de cuatro personas desesperanzadas, de cuatro personas para las que la vida ha agotado toda posibilidad de redención, de cuatro personas ahogadas en sus recuerdos, en sus complejos, en sus traumas, en sus heridas.

La música en sí, puede liberarnos, puede cambiar el color de nuestro propio paisaje, puede llevarnos al otro lado, a esa orilla en la que todo puede volver a comenzar, en la que todo lo anterior puede borrarse o quedar diluido en una espesa nebulosa que casi agradecemos.

La música puede devolvernos por un instante el amor que perdimos una vez. La música puede devolvernos durante tres minutos, la identidad que en una época pretérita acompañó nuestros pasos. La música puede abrirnos la puerta a un mundo nuevo, a la libertad o también a la sumisa afirmación que nos recuerda que todo sigue más o menos igual... Esas muletas emocionales son buscadas quizá, por los cuatro personajes de esta comedia. Unas muletas que en forma de karaoke les ayudan a caminar, a seguir andando en un círculo vicioso, en un círculo del que difícilmente podrán salir...

Es cierto que la ironía y el humor están presentes en el local que dirige Raúl (Ángel Pardo). Es cierto que la sonrisa es continua en la hora y media que dura esta comedia. Pero también es cierto que la infelicidad planea en las luces intermitentes de una bombilla que pretende decirnos que el amor de una forma fugaz, o de una forma perenne, puede estar ahí donde menos lo imaginamos... Si bien, nuestros personajes no saben verlo, no saben vivirlo, no saben mantenerlo... Como puede ocurrirnos a nosotros mismos...

Juan Luis Iborra y Antonio Albert han pretendido seguir la estela del éxito que obtuvieron con “Mentiras, incienso y mirra”; de hecho, dos de sus intérpretes (Elisa Matilla y Ángel Pardo) son protagonistas de las historias desesperanzadas que salen a la luz en el Karaoke del que es dueño el segundo.

A Matilla y Pardo, acompañan en esta ocasión, Juanjo Artero y Pepa Rus. Esta última se lleva el mayor número de aplausos en su peculiar versión de “La vida sigue igual”. Ángel Pardo, por su parte, hace una interpretación magnífica de “Libre” uno de los grandes éxitos de Nino Bravo; Sin embargo, estos cuatro capítulos musicales pueden considerarse secundarios (seguramente porque no todos pueden “afinar” con mucho acierto), en una propuesta que no tiene mayor pretensión que la de hacer pasar un buen rato, que la de decirnos que lo importante es resistir los envites de la vida, resistir los golpes de mala suerte. Una propuesta que nos asegura que todo aspecto negativo puede tener, si lo buscamos, un lado positivo que nos ayude a vivir con o sin canción, con o sin pentagrama... En el que columpiar nuestras frustraciones.

Sofía Basalo.

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