domingo, 5 de febrero de 2012

CARCAJADA SALVAJE (Noviembre 2011)


CARCAJADA SALVAJE.

Teatro Bellas Artes.

Autor: Christopher Durang.

Director: Josep Costa.

Intérpretes: Charo López y Javier Gurruchaga.

EL ABSURDO COTIDIANO.

Una silla en un escenario vacío. Al fondo, una neutra proyección que favorecerá la transición entre un personaje y otro; la transición entre las situaciones que ambos nos relatarán en sendos monólogos.

La esencia escenográfica es bien sencilla. No se precisa nada más. Sale a escena Charo López, y a pesar de sus movimientos siempre exagerados, a pesar de su forma de actuar siempre un tanto afectada, consigue hacer del escenario del Teatro Bellas Artes (no demasiado grande, todo hay que decirlo) un espacio íntimo. Consigue romper la llamada cuarta pared y establecer con el público una comunicación que sinceramente llega a sorprenderme. Tal vez sea porque esa mujer perdida, hundida en el caos cotidiano que a todos nos ahoga en cierto modo; esa mujer que no es capaz de decirle “amablemente” a un hombre desconocido que le impide coger una lata de atún: “¿Podría apartarse un momento?”; esa mujer que suelta una carcajada salvaje en medio de la más dolorosa aflicción... Podría ser cualquiera de nosotros... En cualquiera de nuestros “absurdos cotidianos”...

Poco después aparece en escena Javier Gurruchaga. Desde el principio más auténtico que la veterana actriz. Quizá, el personaje que de sí mismo ha creado a lo largo de los años es, en esta función, su hábitat natural. Un hombre un poco histriónico, un poco histérico... Y un todo neurótico... Como cualquiera de nosotros...

Esta función es una comedia. Pero una comedia amarga. Podemos reírnos, incluso soltar alguna carcajada. Pero esa risa no se va a quedar ahí, vacía, hueca, sin más. Esa risa asoma su rostro en medio de una realidad asfixiante y adocenada. Una risa que nos habla de nuestra lucha por sobrevivir en un día a día que nos queda estrecho, que nos impide ser, que no deja que nos realicemos como seres humanos.

Nos reímos porque si paramos nuestro camino, si llegamos a pensar seriamente en ello... Tal vez no podríamos resistir tanta crueldad.

El final no acaba de gustarme. Si en un principio llegábamos a mirarnos en los rostros y los avatares de estos dos seres... Al final nos resulta muy difícil ser ellos... No sé si esa conclusión en la que ambos se encuentran en una especie de vuelta de tuerca del absurdo es iniciativa del autor, del director, del adaptador... Pero a la Carcajada Salvaje le basta y le sobra con los dos monólogos.

Sofía Basalo.

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