jueves, 27 de mayo de 2010

BRUJAS. (Marzo 2010)


BRUJAS.

TEATRO MUÑOZ SECA.

Autor: Santiago Moncada.
Director: Manuel Galiana.
Intérpretes: Carla Duval, Juncal Rivero, Lara Dibildos, Arancha del Sol y Cristina Goyanes.


RECURRENTE AQUELARRE POST-ESTUDIANTIL…

No es nuevo el argumento donde un grupo de antiguas compañeras de colegio o instituto deciden reunirse para ver cómo las ha tratado la vida. No es algo nuevo que el repentino deseo de saber qué fue de “las otras” obedezca a oscuras motivaciones más presentes que pasadas, más actuales que pretendidamente pretéritas, más retorcidas que la simple y sana recuperación de una antigua amistad si es que ésta fue, alguna vez.
Por lo tanto, Santiago Moncada no se quebró el cerebro escribiendo “Brujas” ni tampoco se “estrujó” las neuronas cuando “ideó” un “final inesperado”, entre otras cosas porque se ve venir desde la mitad de una función que dura dos horas y a la que le sobran más o menos cuarenta minutos.
¿Por qué se empeña el autor en dar vueltas a una idea, a una imagen, a un deseo, a un motivo. Por qué estas antiguas compañeras no van al grano de una vez y no se enredan en historias raras, en cuentas pendientes que tienen que ver con anónimos pasados. Por qué esta propuesta ha ofrecido el personaje más complejo y con más matices a la “actriz” menos dotada?
Preguntas sin respuesta que convierten este encuentro teatral en algo plomizo e interminable. En algo tópico que no nos ofrece nada nuevo. En algo cansino que vuelve a reiterar que las mujeres somos nuestras peores enemigas. En algo cuyo final no me convence, porque al fin y al cabo el motivo de todo lo que ocurre en ese encuentro es el amor, un amor no correspondido; un recuerdo doloroso que se ha enquistado en el corazón de una de las cinco protagonistas; un trauma que busca su analgésico. Decía un gran filósofo: “En el amor y en la guerra todo vale, todo está permitido”, con lo que, no me parece justo que las cuatro brinden, liberadas de la “oveja negra” que les hizo daño, entre otras cosas porque brindan por la hipocresía; pues una de ellas, lesbiana, continuará junto a un marido a quien no ama; continuará con una vida que no le satisface; seguirá respirando junto al recuerdo dolorido de un amor que la ha utilizado, que se ha aprovechado de su debilidad. No me gusta el final, pues las cuatro “amigas” brindan por la hipocresía, por el rencor y sobre todo por la injusticia y la incomprensión; tal vez sea que en el fondo, estas cinco antiguas amigas, pertenecen a una clase social que se sustenta en una apariencia repugnante.
Justo es decir que si las “Brujas” hubieran estado interpretadas por otras actrices, el resultado tal vez no sería tan pesado. Justo es decir que Manuel Galiana ha hecho lo que ha podido con Carla Duval, Juncal Rivero, Arancha del Sol y Cristina Goyanes. Justo es decir que en estos cuatro casos, el resultado ha sido aceptable. Aunque debemos seguir siendo justos y no omitir que Lara Dibildos, no da para más. Algunos lo sabemos… otros, parecen no percibirlo. Por lo que me pregunto por qué le han ofrecido a ella el personaje que debería conmovernos más, el personaje con más matices, con más secretos y más dificultad para ocultarlos. La borrachera que padece este personaje las dos horas de función es patética y el llanto y el desconsuelo que esa mujer sufre, en el rostro de Lara Dibildos, es algo para olvidar.
Tengo que reconocer que tras ver la función, reconduje mis “juicios previos”. El “suspenso” se lo di “ex aequo” a Santiago Moncada y cómo no, a Lara Dibildos… por favor, no nos dejemos engañar por los “progenitores”… aunque a “esta actriz” los famosos genes le lleguen por las dos partes…

Sofía Basalo.

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