MÁLAGA
Teatro Auditorio Federico García Lorca de Getafe.
Autor: Lukas Barfuss.
Directora: Aitana Galán.
Intérpretes: Roberto Enríquez, Ana Wagener y Críspulo
Cabezas.
PRESUNTOS CULPABLES.
“Málaga” no es una ciudad, ni una provincia, ni un destino turístico.
Aquí “Málaga” es el símbolo de la irresponsabilidad, de una culpabilidad
cargada de rencor y resentimiento, de la presunción dolosa de una omisión
cansada de ser la que siempre soporta, la que siempre calla, la que siempre
aguanta, la que siempre está ahí sin rechistar para que el otro
“irresponsable” pueda serlo sin carga de conciencia…
“Málaga” son los restos de un naufragio matrimonial en el
que el salvavidas es una hija, una moneda de cambio que se tiran a la cara unos
cónyuges cansados de mirarse sin verse, unos cónyuges que no se permiten
iniciar una nueva vida sin el lastre de un pasado que está ahí, necesitando su
cuidado… el cuidado de los dos.
La obra de Lukas Barfuss disecciona magistralmente las
emociones de los dos protagonistas, así como las del joven que a la postre será
quien finalmente se quede al cuidado de la hija de ambos, ese personaje
omnipresente que, sin embargo, no aparece en ningún momento sobre el escenario.
A lo largo de poco más de una hora, iremos desentrañando el
dolor de ambos cónyuges, sobre todo de la mujer, presunta culpable a tenor del
título de la obra (A mi parecer que ésta se denomine Málaga, siendo el lugar al
que ella pretende ir con su pareja, le otorga el triste rol de principal
irresponsable) En más de una ocasión se queja ante su ex marido, echándole en
cara las numerosas veces que ha tenido que quedarse con la niña por imprevistos
suyos… Suponemos que esta mujer está cansada, suponemos que esta mujer está
harta de ejercer el papel de madre de su ex marido, de guardián severo de la
actitud adolescente de un hombre incapaz de asumir que es padre y que por tanto, no ha de pensar sólo en él… Quizá sea éste un error en la educación de una
sociedad que le “endosa” sin más ni más el papel de “cuidadora” a la madre,
mientras el padre campa a sus anchas en una vida social sin más responsabilidad
que aparentar ser “un machito”… Y no crean, esto no sólo ocurre con los hombres
“de antes”, hay muchos hombres “de ahora” que huyen del compromiso y de cualquier
gravamen.
Aitana Galán ha dirigido esta puesta en escena interpretada
por un trío de lujo. Dos actores más que solventes: Ana Wagener y Roberto
Enríquez; junto al joven Críspulo Cabezas, quien con su interpretación, siembra
el desconcierto y el suspense en una función más que interesante.
Sofía Basalo.